Estados Unidos es un país de grandes contrastes: capaz de lo mejor y de lo peor levanta odios y filias a partes iguales. Pero lo que nadie les puede negar a los americanos es su sentido del espectáculo, su dominio del marketing y su capacidad para llevar siempre un paso más allá todo tipo de ideas disparatadas.
En la ciudad de Las Vegas se encuentra un restaurante muy peculiar, el Heart Attack Grill (parrilla "El infarto").
Es un restaurante decorado como si fuera un hospital: tiene una ambulancia en la puerta, sus camareras van disfrazadas de enfermeras, tiene un gran cartel en la entrada que reza "Este restaurante puede perjudicar seriamente la salud" y sirven como plato estrella una hamburguesa de 8.000 calorías a la que han bautizado como la "Cuádruple Bypass".
Su propietario es Jon Basson, un licenciado en marketing que empezó su andadura abriendo el primer restaurante hace siete años y ya va por el tercero. En su defensa alega que es el único restaurante de comida rápida que avisa a sus clientes de lo peligroso que es comer sus platos.
En un uso retorcido de las técnicas publicitarias se anuncia como un restaurante que ofrece las comidas por las que merece la pena morir.
La obesidad es una pandemia en Estados Unidos, sin embargo no deja de aumentar la ingesta de la llamada comida basura. Esto es América, país donde el show siempre debe continuar y donde tienen muy claro que los negocios son los negocios (business is business).
Y ahora que están peleándose por instalar Eurovegas en España, ¿se imaginan cómo sería un restaurante de este tipo en nuestro país?
Tal vez ofrecería un cocido de 6.000 calorías hecho a base de kilos de tocino y choricitos de cantimpalo, o una fabada extra con más de 10 kilos de fabes bañadas en panceta, o una ensaimada de sobrasada de tres pisos con extra de grasa de cerdo, etc.
Parece increíble, pero es lo que hay: personas dispuestas a pagar por meterse 8.000 calorías de una tacada mientras muy cerca de ellas otras personas rebuscan en los contenedores de basura algo que comer.
La sociedad está malita, muy malita. Se mueve entre la obesidad mórbida y la malnutrición y todo a unas pocas paradas de metro.
Pero ya saben, queridos lectores, el dinero es un poderoso caballero que no sabe de principios ni tiene sentimientos: si tienes pasta te haces respetar, se te escucha y se te admira, aunque el origen de la misma tenga una parte oscura. Por el contrario, si no tienes pasta ya puedes ser un tipo honrado, coherente o solidario que muchos te verán simplemente como un perdedor.
Y ahora que no nos oye nadie tiraremos de tópicos para recordar a los ricos que hay cosas que el dinero no puede comprar, como por ejemplo: un unicornio azul.
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