Mientras nuestro actual ministro de Economía, Luis de Guindos, intenta cambiar ladrillo por conocimiento (lo dijo en Santiago de Compostela, en un encuentro junto al ministro de Finanzas alemán, Walter Schaüble) nosotros miramos, entre mosqueados y expectantes, hacia la próxima temporada turística. Hay quien intenta agarrarse a un clavo ardiendo… incluso cuando el clavo, hace tiempo que no arde.
Si la gente no tiene dinero para gastar (no doy crédito) no hay negocio, y además este año el anuncio de la cerveza se rueda en Mallorca, donde tienen el transporte aéreo mucho más barato que nosotros. Los franceses ya se han decidido, entre Sarkozy o Sarko no. Los recortes, sin crecimiento, provocan descontento, frustración y rabia. En Grecia ya asoma la patita el partido neonazi: esos del odio organizado.
Una cosa es ladrillo por conocimiento y otra, muy distinta, gato por liebre. ¿Cómo se cambia una cosa por otra? ¿Por arte de magia?... El conocimiento necesita inversión, paciencia y perseverancia… no es eso de que inventen ellos (y lo patenten después) que nosotros ya estamos bien sin estrujarnos la mollera. Los grandes filones del empleo futuro, están sin explotar. Pero si no se está preparado y predispuesto, otros más espabilados o diligentes nos tomarán pronto la delantera.
- No intentes competir con eso que llaman "mano de obra barata". Tienes la batalla perdida de antemano. Existen lugares en el mundo donde la protección de los trabajadores y sus derechos, siguen brillando por su ausencia. Con tales condiciones, sus productos salen tirados de precio. ¿Cómo competir con esa cruda realidad? ¿Tenemos que ir hacia atrás (imitando) o hacia delante, luchando con creatividad para mantener los logros que tras muchos esfuerzos habíamos conseguido?
El conseller de Turismo – "Carles Prim", en la intimidad– tuvo que declarar en los medios de comunicación que su actual pareja, nombrada para un cargo de asesora, podía ahorrarnos mucho dinero. Algo que en los tiempos que corren, ya es mucho decir.
Además, habla cinco idiomas y él quería darle a la oposición (por el currículum) toda clase de explicaciones. Finalmente presentó su dimisión y todo ha quedado en un "error estético". Y con cirugía "estética", se ha cortado la polémica en unos tiempos cada vez más susceptibles. Somos humanos y hasta en los partidos políticos se desatan pasiones derivadas de las luchas de poder. Mientras Joan Huguet dice que es del PP, pero no tanto, en Andalucía parece que van a seguir, ERE que ERE, con unos pactos donde el que saca menos votos, aunque decisivos, sigue siendo el que corta el bacalao.
- La verdad es que el ladrillo nos sale por las orejas, pero de conocimiento, no vamos muy sobrados.
- Pues vamos a poner la educación y la formación profesional por encima de otras prioridades, que no nos llevan a ninguna parte. La creatividad, la innovación, la iniciativa y el respeto hacia los otros, es el mejor camino posible.
- Bueno, yo me voy a tomar sal de frutas, porque dicen que la digestión del ladrillo suele ser bastante pesada…
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