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La Iglesia diocesana ofreció ayer una información detallada sobre sus cuentas, en un ejercicio de transparencia destinado a toda la sociedad, pero especialmente a las personas que en su declaración de renta deciden asignar unos recursos para la labor que lleva a cabo esta entidad. Al mismo tiempo, la información sirve para clarificar la procedencia de los recursos que permiten la financiación de la Iglesia, que mayoritariamente proceden de la voluntad de los contribuyentes al marcar la 'X' y de las aportaciones de los fieles. Por tanto, no es correcto hablar de subvenciones, puesto que el Estado no adopta decisión alguna en este aspecto, ni se incluye una partida en los presupuestos del Estado, sino que es la derivación de la voluntad de los contribuyentes, que siguen valorando el servicio que cumple la Iglesia diocesana. Las cuentas también responden a un principio de austeridad que se aplica en todas las comunidades cristianas. Por otra parte, la Iglesia sufre la demora en el pago de las ayudas por parte de la administración, especialmente Caritas. El Govern debe a la diócesis 864.106 euros. La deuda con Caritas de todas las administraciones asciende a 900.000 euros. Por este motivo se están pagando intereses a los bancos.