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"A los ecologista les falta cierta información"(José María Robles)

Imposible huir del tema que esta en boca de todos. Imposible, dejar de hablar de ello y mucho menos no dedicar unos renglones, aunque tan solo estos queden en quatre retxes.

Los mayores, siempre comentaron los cambios que se producen con los inicios de siglo, y será cierto. Llevamos doce años de calamidades y desgracias. Algo que resultaba tan agradable, como el escuchar las noticias del medio día y noche, han dejado de serlo, suplantándolas, la lectura o la música. Primero porque todo son penas, calamidades, robos, desahucios, mujeres asesinadas por sus exparejas, muertes, drogas, políticos corruptos, accidentes, falta de trabajo, parados, recortes, tantos recortes que dentro de nada saldremos de casa vestidos de papel, tots en faldaret… Crisis y más crisis. Con la particularidad que estos llamémosles noticiones se repiten cada hora, como si los responsables de las emisiones gozaran con ello. Dale que te dale, y vuélvase a escuchar. Añorándose antiguos telediarios y la charla amena, dialogante ribeteada de una buena educación, algo que desapareció, tras el fallecimiento del Generalísimo al que hasta sus más adictos, hoy en tono despectivo, le llaman el dictador. Lo cual me desmonta mi tesis, preguntándome ¿cómo se debe llamar lo que hemos venido viviendo a partir de su fallecimiento?

Si el orden en las ciudades y pueblos se llama dictadura. Bienvenida sea. Si el disfrutar de trabajo, es dictadura. Bienvenida sea. Si gozar de precios justos y una saludable economía es dictadura. Bienvenida sea. Y así tal cual, deshojando la margarita, la más humilde de las flores silvestres, concluyo que lo que se está viviendo en estos últimos años no es positivo, alguien se equivocó y es de humanos el equivocarnos, pero por favor no hurguen en la herida, no apoyen a los que inducen a la huelga y al separatismo, por el contrario unan sus fuerzas, aquí no se trata de derechas ni de izquierdas, todos son mal que mal, lo que debe prevalecer es la cordura, las buenas relaciones y esto tan solo se consigue con una buena dosis de buenos propósitos.

Continuando en la línea que me ha hecho escribir los renglones de más arriba, añadir, me ha indignado, el afer "Caza mayor", mis ojos se llenaron de lágrimas, al escuchar y contemplar la pantalla y como nuestro rey pedía disculpas, me ha dolido en el alma. Vaya… como si nosotros fuéramos los mejores de la clase. Al decir nosotros me refiero al pueblo español, que tanto tenemos que desear y que aprender, principalmente sobre la buena educación, el buen hacer, los buenos modales y dejar de una vez por todas de echar sapos y culebras por la boca.

La respuesta de este pueblo, de la piel de toro, ha sido nefasto, diciendo lo que no sabían, valiéndose de lo escuchado per aquí i per allà. Y no tan solo hablado y blasfemado el españolito de a pie, me han puesto de los nervios escuchar a ciertos políticos, cómo opinaban. Saliéndoles por los ojos auténticas ráfagas de ira rematada por la inevitable cólera. Ya sé que muchos no estarán de acuerdo y me parece muy bien, por algo será que las casas se hacen separadas para que cada cual viva a su manera y a su aire, pero amparándome en una democracia, de la cual gozamos, miren por dónde, la debemos en parte al rey.

Semana verdaderamente entretenida, llegándose a escuchar auténticas historias para no dormir, principalmente en las colas de los cines, carbonerías, barberías, peluquerías, en los hornos y lecherías y más en sa botigueta de na cadireta coixa.

Fue ahí, en la tienda de comestibles, donde se desencadenó el pataleo. Vaya que sí. El tono subió a no sé cuántos decibelios. El ambiente caldeó la estancia, tanto, que alguien preguntó si había instalado calefacción central. Una jovencita, que acababa de llegar a por los panecillos con azúcar, también conocidas por cocas amb oli i sucre, un pan mahonés, otro madrileño y cuatro llonguets, miró a las clientas a modo de interrogación. ¿Qué significaba calefacción central?

Una vez aclarada la cosa, especialmente a nuestros jóvenes, acostumbrados a no sufrir frío, com es que noltros vam passar. Continúo con el veredicto. ¡Oh Dios! perdón, quién seré yo para ir de veredictos, de calificar de culpable, y una vez més debemos repetir… perdona a tu pueblo Señor, perdona a tu pueblo, perdónalo Señor. Cuando tan solo han pasado quince días de haber vivido la Semana Santa, muchos olvidaron su significado, del perdón, de la negación de san Pedro y el beso de Judas. La lengua dice lo que quiere, y la mano escribe otro tanto. Lo que realmente vale son las buenas obras. Para qué pregonar, si después se hace lo contrario, se deja de perdonar, ejecutándose un veredicto…

Me agradó escuchar el comentario, de una mujer, de apariencia pacífica y manos callosas: Estas manos que jamás engañan, con una mirada, una se entera de cómo la ha tratado la vida. Quien añadió, en tono humilde y vergonzoso: Jamás, discuto, prefiero quedarme callada, pero esta vez no pienso callarme y decir a quien diga y ha dicho que se trataba de una banda de criminales, que anda muy equivocado. Ni son bandas de criminales, ni se hacen las cosas a lo loco, todo lo contrario, aquella región como otras, viven los indígenas muy bien, muy felices, muy respetados a la vez que ellos hacen lo propio. Ya son muchos los que han pasado sus vacaciones en África, yo entre ellos, en calidad de criada para unos señores madrileños. Allí viví como una mujer trabajadora que soy pero digna, al contrario de aquí que muchos me miran sobre el hombro. Hay que ver cómo conservan sus tierras, las respetan salvaguardándolas de todo mal. Protegen su flora y fauna, sus ríos bajan limpios, ni plásticos, ni papeles, ni destrozos de ninguna clase, algo para ver y vivir, muchos se avergonzarían de nuestro atraso y deshumanización.

Según una estimación del grupo Especialista en Elefantes Africanos para la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UIDN) considerado por los expertos como el que tiene más autoridad, Botsuana tenía al menos 133.000 elefantes, pero la cifra probable es de unos 150.000. Con una población humana de dos millones de personas, Botsuana tiene el ratio más alto elefante-hombre de África, con un animal por cada catorce personas. Ecologistas y cazadores dicen que el creciente número de elefantes está contribuyendo a reducir los bosques e incrementar los desiertos.

Para los que gozan dando precios de estancia, licencia, etc., decirles que la ascensión con guía a la cumbre del Everest es de cien mil dólares, setenta y cinco mil más que en África. No en vano tanto en un lugar como en el otro supone dinero para países en vías de desarrollo. Sin olvidar que Botsuana es el principal productor mundial de diamantes, amén de una elevada población de elefantes. Como sucedió con los conejos, ha sido necesario regular su población, se reproducen demasiado y no tienen enemigos, con la particularidad de que los ejemplares más viejos, además, tienen la mala costumbre de entrar en los poblados de noche y devorar la cosecha de maíz o yuca, dejando al asentamiento absolutamente arruinado, continúa diciendo José María Robles. A esos animales hay que perseguirlos y matarlos. De eso a hacerlo por simple diversión hay una notable diferencia. ¿Acaso, no se han enterado que los españoles matan diariamente a miles de gaviotas, por su invasión? I tothom calla, ningú diu res.

Finalizar el tema dando una vez más las gracias al rey Juan Carlos, por ser embajador, por su trabajo callado de mediador, logrando trabajo más allá de nuestras fronteras, en unos momentos que tanto se precisa.

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margarita.caules@gmail.com