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El 23 de febrero pasado se cumplieron cinco años de la inauguración del Hospital Mateu Orfila, que, con una inversión de 57 millones, ha significado una gran mejora de la sanidad pública en la Isla. Ese aniversario también recuerda que se cumple un lustro del abandono del antiguo hospital Verge del Toro. Además del deterioro evidente de este edificio, lo más preocupante es que permanece en un futuro incierto. El Govern es el responsable, mientras mantenga un proyecto de centro sociosanitario, que la sociedad insular reclama pero para el que no existe financiación. Si no se le da utilidad el inmueble volverá a manos del Ministerio, que deberá decidir qué hacer con este patrimonio inmobiliario. El anterior Govern, en noviembre de 2010, presentó un documento sobre la distribución de los 6.119 metros cuadrados en varios servicios sociosanitarios y un presupuesto de 9,7 millones de euros. Hace unas semanas, el Govern apuntó en el Parlament que la planta baja quizás podría albergar la Escola d'Adults de Maó, una prueba de que el destino del centro sigue en el limbo. Son Dureta está en la misma situación de abandono y con planes similares. La primera piedra, por antigüedad, le corresponde a Menorca. Sin planes y plazos, Maó tendrá el segundo hospital en ruinas.