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Después de las elecciones andaluzas, la más acertada reflexión que se puede hacer, es que las encuestas fallan más que una escopeta de feria, aunque en este caso para el PP, pensarán y no sin razón, que las encuestas las carga el diablo. Venga de asegurar que el PP ganaría por mayoría absoluta, venga de pronosticar que el PSOE iba a sufrir un descalabro histórico, para no suceder ni lo uno ni tampoco por eso lo otro.

Después que las cosas han pasado, es fácil ser adivino. Antes se decía que el PSOE iba a perder clamorosamente las elecciones. Había una unanimidad mayoritaria en que eso era lo que iba a suceder, sin embargo ahora nos hemos puesto a pontificar sobre la "dulce derrota" de los socialistas.

El PP no debió ir vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado; mira que en eso la experiencia avisa, por más que ciertamente haya ganado las elecciones, pero no es menos cierto que a pesar de ello, por cuarta vez el Sr. Arenas, D. Javier, no va a gobernar Andalucía, salvo que, el PSOE e IU les pase lo que les pasó en Extremadura.

Por cierto, el Sr. Arenas cometió un error y no pequeño, en no querer debatir en la televisión andaluza, aunque más grande lo cometió el Sr. Rajoy por empeñarse en no hacer públicos los presupuestos. El votante andaluz que tiene muy currada las espaldas y está de vuelta de promesas por cumplir, debió de recordar el domingo que los del PP dijeron por activa y por pasiva que no iban a abaratar los despidos y menos facilitarlos. Luego han hecho exactamente lo contrario hasta cotas realmente increíbles. Quizá por eso se les quitaron las ganas de votar al PP; todo y que aun así, muchos sí lo hicieron, porqué el PSOE tampoco ha llevado a cabo ni una política brillante ni ha tenido un comportamiento ejemplar, demasiado ruido, demasiado choriceo, con el añadido de que casualmente, repito casualmente, en plena campaña electoral, una Sra. Jueza tuviera a bien poner la maquinaria judicial a toda máquina contra unos presuntos chorizos vinculados a una mala política socialistas por lo de los ERE. Aunque por otra parte, y a tenor de lo que alguno de ellos ha declarado, para mí tengo que aparte de presuntos chorizos o presuntos inocentes, se me antoja que son unos impresentables sin paliativos, y lo dejo ahí sin añadir otros adjetivos.

Javier Arenas iba de ganador por mayoría absoluta y se le ocurrió la ocurrencia de pasear por toda Andalucía a los dos Ministros que representan la pérdida de derechos de los trabajadores, o sea, para que Uds. me entiendan, como si al que le acaba de morder una víbora le nombran la bicha.
Cuánto se acordará a lo largo de lo que le quede de vida, que espero sea muchísima, el Sr. Arenas, de los expertos de hacer encuestas que le regalaban los oídos. Seguramente no lo dirá, pero pensará que estos expertos deberían de hacérselo mirar.

De las elecciones asturianas que han ganado los socialistas, sólo quiero decir, que ahora el Sr. Álvarez Cascos, D. Francisco, si quiere gobernar, tendrá que hacer obligado por las urnas lo que no quiso hacer de motu propio en las elecciones anteriores. En cualquier caso, dado el parecido de las otras elecciones con las del domingo, convendremos en decir, que para este viaje no hacían falta alforjas. Una reflexión para las dos autonomías que acaban de tener elecciones: no deja de ser curioso que finalmente pueden haber ganado las elecciones los que las han perdido, si de gobernar se trata y perderlas los que las han ganado.