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El Ayuntamiento de Maó ha informado que una empresa suiza pretende comprar la parcela de 7.000 metros cuadrados que CLH dejará libre en el puerto después de haberla ocupado durante los últimos 55 años. En ese lugar quiere levantar un hotel y los residentes de Cala Figuera podrían cambiar el peligroso trasiego de petroleros con el que han convivido durante años, por el trasiego de turistas, a primera vista menos contaminante. Sin embargo, los residentes temen que después de aguantar el 'infierno' ahora les desalojen del 'edén', a pesar de las promesas de Autoridad Portuaria de que sus viviendas no serán expropiadas. CLH quiere vender los terrenos de forma 'inminente' y APB se desentiende ahora de su compra (a pesar de haber anunciado lo contrario en más de una ocasión) sabedora de que con el Plan de Usos aprobado en 2006 tiene todas las cartas en su mano para condicionar el futuro de ese rincón del puerto. No obstante, está comprando las parcelas cercanas. En este lugar APB podría comportarse como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, y será difícil que CLH encuentre un comprador para un terreno tan condicionado. De nuevo APB marca el ritmo al que los demás bailan.