Agua que se acumula para algo

En primer lugar debemos focalizar el problema del agua en Menorca: actualmente el acuífero es nuestra única (salvo escasísimas excepciones en forma de aljibes y cisternas) fuente de abastecimiento de agua dulce. El acuífero es un gran depósito natural de agua procedente de la lluvia que se infiltra en el terreno. Por lo tanto, Menorca únicamente tiene el agua de lluvia que cae sobre la isla como fuente natural de agua dulce, sea infiltrada en el acuífero o recogida por cisternas y aljibes. El agua proveniente de este ciclo natural además es barata, casi gratis, ya que la naturaleza se encarga de su transporte, depuración, acumulación y renovación sin coste alguno.

El problema llega cuando se rompe este ciclo, es decir, extraemos más agua de la que entra y además contaminamos el agua que la naturaleza ha depurado previamente. El estado de sobreexplotación y contaminación por nitratos del acuífero no es ninguna suposición, es un hecho estudiado y comprobado (para más información recomiendo visitar la página web del OBSAM http://www.obsam.cat/indicadors/medi-fisic.php) y que además estamos sufriendo directamente. De haber mantenido el acuífero en buen estado de salud, sería innecesaria la desaladora construida en Ciutadella y el agua extraída de pozos no tendría los niveles de nitratos que la hacen no potable para consumo humano. Precisamente, la mayor concentración de nitratos se encuentra en los extremos de levante y poniente de Menorca. En casi todo el municipio de Ciutadella la concentración de nitratos supera los 50 mg/litro (datos del 2006 publicados por el OBSAM), es decir, supera el máximo permitido para el agua potable según la directiva europea 98/83/CE. En la zona de Ses Truqueries, de donde el Ayuntamiento de Ciutadella saca agua para riego y limpieza, se superan los 75 mg/litro.

La cuestión es que contaminar y sobreexplotar el acuífero sale económicamente muy caro, tan caro que no podemos ni pagar los remedios que la tecnología nos ofrece. Dejando de lado otras consecuencias medioambientales negativas, que no entraremos a analizar, estamos comprobando que la obtención artificial de agua potable mediante una desaladora es carísimo y por eso ni siquiera se ha podido poner en marcha una vez construida: el agua tiene un coste que no es asumible. En Es Castell también se planteó potabilizar a nivel municipal el agua contaminada con nitratos, para comprobar que tampoco es viable económicamente. El ciudadano no tiene otra alternativa que consumir agua embotellada o colocar depuradoras de nitratos en su instalación particular cuando el agua de red, proveniente del acuífero, llega con niveles de nitratos que hacen poco aconsejable su consumo.

Resumiendo lo dicho anteriormente: si perjudicamos una fuente natural y barata de obtención de agua dulce potable, debemos sacrificar importantes recursos económicos para obtenerla por medios artificiales. Además es poco práctico: hay que mantener instalaciones complejas y hay que aportar energía en cantidad, perdiendo la oportunidad de invertir estos recursos en otros fines más útiles que poner un parche a un problema que podríamos evitar con una adecuada gestión.

El problema del acuífero contaminado y sobreexplotado, que no es menor ya que necesitamos el agua para vivir, debe abordarse desde múltiples líneas de actuación (gestión de las aguas residuales, control de la demanda de agua, gestión de las explotaciones agrícolas, etc.) pero una cosa está muy clara: debemos recuperar la cantidad y calidad del acuífero en la medida que se pueda para que nos siga dando agua a muy bajo coste (ambiental y económico a la vez, no nos olvidemos).

En este contexto, el aljibe de la zona verde del Cementiri Vell responde básicamente a una cuestión: ¿Si aumentamos la superficie de zonas verdes ajardinadas en Ciutadella, de dónde obtenemos el agua para regarlas? Tenemos dos posibilidades: se puede incrementar la sobreexplotación del acuífero o se puede obtener el agua de otra fuente para preservar el acuífero. Entonces el Ayuntamiento entendió perfectamente que había que proponer soluciones al acuciante problema del agua en Menorca, por lo tanto se propuso lo que se ha hecho en Menorca durante siglos: recoger el agua de lluvia, que se puede usar para el riego de la zona verde y otros usos municipales que requieran agua no potable. Una operación sencilla, pero arriesgada por su "invisibilidad". Era más fácil poner plantas, luces, aceras, bancos, juegos infantiles y sacar una foto bonita. Sin embargo lo que se ha hecho es poner un depósito enterrado que puede proporcionar hasta 2.000 toneladas anuales de agua a muy bajo coste ambiental (se aprovecha la evacuación del agua de lluvia de la red urbana) y económico (un mínimo mantenimiento y el uso de una bomba de 6,5 caballos de vapor para sacar agua). 2.000 toneladas de agua que podemos dejar de extraer anualmente del acuífero de Ses Truqueríes. 2.000 toneladas de agua que si se quedan en el acuífero ayudarán a disolver la concentración de nitratos y a recuperar la cantidad de agua existente en nuestras reservas hídricas en el subsuelo.

Con este escrito quisiera animar al Ayuntamiento de Ciutadella que haga sus cálculos considerando todos estos factores y comprobarán que es mucho más práctico, útil y barato utilizar el agua de lluvia del aljibe que seguir sobreexplotando el contaminado acuífero de Ses Truqueries. La utilización del aljibe, además de preservar el acuífero, representa una oportunidad para el Ayuntamiento de Ciutadella de ser pionero en la recuperación de la cultura del agua de lluvia en Menorca, que será necesaria si queremos seguir teniendo agua de calidad con un coste económico y ambiental asumible.