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La nueva ordenanza para regular los aspectos de las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, que no tengan que ver con el protocolo y la tradición, nace con la buena noticia del consenso al que han llegado todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento. El objetivo de esta iniciativa pionera en Menorca es claro y está plenamente justificado: mejorar las medidas de seguridad y contribuir al buen desarrollo de los actos. De esta manera se quiere evitar que determinados aspectos negativos, muchos de ellos derivados de la masificación, empañen o desvirtúen una celebración tan sentida y querida por los ciutadellencs y que despierta la admiración tanto en el resto de la Isla como en el exterior. Las medidas que se aprobarán en el pleno de marzo van encaminadas principalmente a procurar que los asistentes tengan un comportamiento adecuado perfectamente compatible con la alegría y el disfrute de los festejos, además de asegurar que todos los bares se esmeren en dar un buen servicio y que el entorno de estos establecimientos no sea un foco de molestias. Ahora, el periodo de alegaciones abre la puerta para recibir las aportaciones ciudadanas o corregir las propuestas que se consideren poco oportunas. No obstante, el paso que se ha dado era necesario.