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Perdona, Rock, por este abandono mío, aunque no te he olvidado. Son cosas de la vida dominicana y de mis múltiples actividades y/ o diligencias. Recobro hoy, querido Rock, con una historia, al menos, curiosa, cierta como la vida misma.

Ya sabrás, Rock, cuando estudies tu país de nacimiento, que la principal fuente de ingresos de divisas, de Dominicana vienen de la mano del turismo, las zonas francas y el envío de remesas de los dominicanos que viven en el exterior.

También es importante la agricultura y ganadería.

La compañía Western Union fue fundada en Rockester (Nueva Cork) en 1851 y actualmente tiene su sede en Colorado (Greenwood) y cuenta con más de 250.000 oficinas en 195 países y deja más de 3.000 millones de dólares de beneficio. Su historia es compleja y apasionante…

Prólogo: Mis exalumnos, Sara Pascual y Arturo Uhler, envían un mensaje comunicándome que tiene un billete de lotería para mí; que mande alguien a recogerlo antes del día del sorteo (iluso de mí, pensaba que me lo iban a regalar), pero bueno…

Así que escribo a Frederic Samuel Pérez Capó rogándole que me haga ese pequeño favor, de pasar por Can Maneta, con la esperanza que me tocara el gordo (al final ni la pedrea, solamente una pedrá).

Cuando Fredi me dice que me envía el décimo escaneado y un escrito que le debo 22 €; obviamente recordando aquel dicho de lotería que no se paga no obtiene premio, me encamino a una oficina de la W.U. de Higüey. Me transforman la cantidad de euros en pesos, entrego y pasaporte y en dos minutos salgo de la oficina.

Acto I: Escribo a Frederic reportando el número con el que debe personarse en cualquier oficina de Correos de Menorca para retirar sus euros del ala.

Días después F. Samuel Pérez se persona en Correos:

Buenos días, venía a recoger un dinero que me han enviado por Western Digital.

¿Western digital? Será W. Unión.

-Sí, eso.

-Tiene que rellenar un impreso.

-¿Un impreso? Si yo solo quiero cobrar 22 euros.
(cara de sorpresa de la funcionaria)

-Sí, es un billete de lotería que compré.

-Es igual, tiene que rellenar el amarillo; el verde es para enviar y el amarillo para recibir.

-Vale… (voy a buscar el impreso amarillo)

-Tiene que poner sus datos donde pone beneficiario.

-¿Beneficiario? Yo no soy el beneficiario, yo solo quiero cobrar mis 22 €.
(cara de mala leche de la empleada, las empleadas de Correos no tienen sentido del humor)
(Relleno el impreso y lo entrego).

Falta la firma y la fecha.
(firmo y pongo la fecha)

- ¿Y el número?

-¿qué número?

El que le tiene que haber dado el que le envió el dinero.

-¡Mierda! Ahora recuerdo que sí, que había un número…

Vuelva usted mañana.

Acto II

-Ahí tiene el impreso con el número
(Mirada de como si no se lo creyera)

Mira el impreso y pregunta ¿remitente?

-Manuel González Gálvez

-¿El del periódico?

-Sí, ese.

Inmensa sonrisa y a partir de ahí todo cuesta abajo.

Tras rellenar otra vez el impreso, esta vez por el ordenata y realizar una fotocopia del DNI, abre el cajón me da los 22 euracos del ala. Las dos copias de los impresos, debidamente sellados y una sonrisa tipo Manolo Gálvez como despedida. Y y aprovecho su sonrisa para birlarle el bolígrafo, mi última victoria.

Moraleja: Que cada cual saque la suya.

Te quiero Rock.