La segunda jornada del primer juicio sobre el caso Palma Arena se centró el martes en la declaración del expresidente del Govern, Jaume Matas, lo que deslució en parte la puesta en escena del periodista Antonio Alemany. El susodicho, mostrando en todo momento una sonrisa burlona, parecía no tomar en serio la petición de cinco años y medio de cárcel que le solicita el Ministerio Fiscal.
Junto a un Matas con semblante preocupado, el periodista mantuvo un permanente gesto socarrón hasta que llegó el momento de su declaración. Ya lo avisó, "sería un gran día", y cumplió con las expectativas. No dudó en responder con altivez y chulería a las preguntas del fiscal apuntando que "le trae sin cuidado" el régimen de incompatibilidades, que escribió el primer discurso de investidura de Matas "porque me dio la gana" y que cobrar 4.000 euros por redactar las intervenciones del expresidente "le parece poco".
A su salida de la Audiencia Provincial, pipa en mano, el periodista de 72 años no se escondió tras su melena al estilo de la exjefa de Gabinete del expresidente del Govern, María Umbert, sino que se mostró guasón ante los periodistas al manifestar que "todo ha ido fantástico". Una actuación surrealista de un hombre que está acusado de malversación, falsedad en documento mercantil y fraude.
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