TW
0

Dijo su Majestad el Rey, que "la justicia es igual para todos", y esa es palabra de Rey, pero aunque lo sea, aunque el Monarca tenga en ese concepto a nuestra justicia, la verdad o por mejor decir la realidad de esa verdad, es en muchos casos, abismalmente distinta. Aquí no estamos ni de lejos ante esa vara de medir "del que la hace la paga" ¡Qué va, qué va, qué va!.

Los ejemplos que dan que pensar sobre una justicia bastante diferente según el pelaje del que se sienta en un banquillo imputado ante un juez, no son escasos, basta con que tiremos del archivo de los ejemplos.

Para empezar ni siquiera los jueces ven un delito concreto igual ante el mismo Código Penal, ya que, si así fuera, no haría falta después de una sentencia inculpatoria, acudir a otro Tribunal de instancia superior y por supuesto, ante un nuevo juez. Menos mal que las cosas no son así, pues cuantas veces, donde un Juez vio a un culpable, otro juez ve a un inocente o viceversa. Pero además, se dan ejemplos de sentencias realmente llamativas. Fíjense: ¿Cómo le puede caer encima pena de cárcel a un individuo por robar un canario y una jaula?, y si no, fíjense en este otro ejemplo: cuatro años de cárcel por robar cuatro perdices. Y sin embargo, a "dos primos con gabardina" por todo "aquello" de lo que la justicia les encontró culpables, vino a resultar que a la cárcel ni han ido ni se les espera, incluso el propio Tribunal Constitucional, revocó la condena de cárcel. En fin, no creo que sea necesario seguir por ese camino.

Aquí, Señor, muy pocos a tenor de los que les pasa a unos delincuentes respecto de otros por tener distinta condición social o política, se creen ese "eufemismo" de que la justicia sea igual para todos.

Sin embargo, Señor, sí es verdad que la justicia es bastante igual para los pobres, para los que harto harán con poderse pagar un abogado y un procurador. Si tienen suerte y tienen un buen juez, tendrán un juicio seguramente justo, pero aunque en más de un caso no van a poder ni siquiera recurrir si les toca una sentencia desfavorable, porque después de los gastos del primer juicio, no les queda con qué afrontar los gastos de un recurso. Aquí la sabiduría popular ya advierte, que para un pleito hay que llevar tres sacos: uno de papeles, uno de paciencia y uno de dinero. Eso por lo menos a mí, ya me da a entender que la justicia no es igual para todos. No todos tenemos esos tres sacos, sobre todo el del dinero.

No es tampoco igual, plantarse ante un problema con la justicia llevando detrás un buen gabinete de abogados, que hacerlo con un abogado apenas iniciado en el oficio. De manera que aquí, Señor, también chocamos con eso que usted dijo de que la Ley es igual para todos.

En este asunto, no estoy por romperme más la cabeza, cuando cualquiera medianamente informado, sabe que para algunos es muy difícil hayan hecho lo que hayan hecho, sobre todo si lo que han hecho es apropiarse del dinero ajeno, cosa nada extraña por estos lares, que cómo consecuencia de ello den finalmente con sus huesos en la cárcel, mientras que para otros, con bastante menos méritos punibles, la justicia les toma interés.

Otra cosa de las muchas que a mi entender hace que la justicia no sea igual para todos, es esa insoportable diferencia de la fianza. Algunos pueden pagar fianzas millonarias que les permiten continuar en la calle, incluso echando mano de los millones, solo Dios sabe cómo conseguidos, mientras que otros, no pueden ni pensar en pagarse una mínima parte de ese tipo de fianzas. Solo sea por esa diferencia, la justicia no es igual para todos.
Lo siento mucho, Señor, pero estoy en el bando de los que no creemos que la justicia sea igual para todos, por lo menos, lo que yo entiendo como justicia.