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Hay cosas en el funcionamiento de la política española que a mí no me parecen nada aceptables. Fíjense en lo siguiente: el partido de Rosa Diez, UPyD, no llega al 5% de votos en toda España, lo que le imposibilita tener grupo propio en el Parlamento. UPyD tiene 4,69% de votos, de manera que, según el reglamento del Congreso, no le corresponde grupo propio y, ¿qué es lo que han hecho? Pues una triquiñuela, legal, sí, pero… a la luz de lo que la conciencia puede aceptar o rechazar, es un acto que descalifica a cualquier partido que use de estas argucias, por muy legal que sean. En este caso concreto han incorporado a sus votos, el voto de un diputado asturiano de la formación que preside Álvarez Cascos, el cual permanecerá en UPyD, sólo el tiempo justo de cumplir con el acuerdo de la Mesa del Congreso. Cumplido el trámite, regresará al grupo mixto. ¿Es esto legal? Sí, por qué los políticos tienen interés en que así sea, pero moralmente, en mi opinión, es indecoroso. En puridad es la manera de conseguir con estas jugarretas, lo que no se ha ganado en las urnas, aunque hay que decir también, que en la contabilidad de votos de las urnas, se comete a mí entender otra tropelía legal. Fíjense, por ponerles un ejemplo: un escaño a UPyD, le cuesta 228.000 votos. Al PNV, sólo 65.000 y al PP 58.000. Desde el consentimiento de este disparate, pasamos al disparate que ahora mismo estamos tratando, y es el qué hace legal, el voto de un diputado del grupo mixto para cedérselo a otro partido a cambio de nada o a cambio de Dios sabe qué tipo de cosa. El caso es que así se alcanza el tanto por ciento de votos que sí permite tener grupo propio. Después de ese extraño transfuguismo de un momento, volverá al grupo mixto cómo si tal cosa ¿ustedes han visto algo más absurdo? ¿Se dan ustedes cuenta que ejemplo más edificante es ése? ¿Observan qué rigor más democrático? Vaya… vaya… vaya.

No crean que eso de tener grupo propio sea asunto baladí, pues de tenerlo a no tenerlo, de momento van algo así como 24.000 euros de diferencia, amén de otros privilegios.
En el caso concreto de UPyD, se da además la contradicción de Rosa Díez, En 2.008 aseguró que era una chapuza y un fraude, que dos diputados del BNG, se sumarán a ERC, ICV e IU, para alcanzar el 5% en todo el territorio español, que cómo les he dejado antes dicho, es el número mínimo exigible para poder formar grupo propio. Estoy de acuerdo con usted Sra. Díez, aquello era una chapuza y un fraude. El problema es, que usted después de criticarlo, acaba también de cometer esa chapuza y ese fraude, y por si fuera poco, se nos ha vuelto usted desmemoriada, porqué cuando le han recordado lo del 2.008, dice usted no recordar que en esa fecha hablara de chapuza ante una situación similar. Permítame una acotación: conocí a un Premio Cervantes, que tildaba a ese Premio de forma escatológica hasta que se lo concedieron a él ¡Ay Doña Rosa! Porque a una señora está mal dicho decirlo, si no fuera así, le diría que ha quedado usted con el culo al aire.

Luego tenemos el caso de Amaiur, a los cuales el reglamento no les permite usar el voto de Uxue Barkos de Geroa Bai, olvidando que permite en 2004, sí se acepto lo de ERC que se presentó en Valencia y no se le tuvo en cuenta. Otro caso de flexibilidad, fue el de 1.986, esta vez con el PNV, que obtuvo grupo parlamentario a pesar de que en una de las circunscripciones en la que se presentó no obtuviera escaño alguno ¿Por qué no hay un reglamento igual para todos? ¿Por qué lo que a unos se les consiente a otros se les niega? ¿Por qué los políticos dan esos penosos ejemplos? ¿Por qué hacen de la democracia un instrumento partidista en vez de un instrumento unitario, clarificador, entendible, justo e imparcial? ¿Por qué esta vez, PP y PSOE han permitido que Amaiur se quede sin grupo propio, favoreciendo el victimismo, poniéndoles palos en la rueda cuando se acercan a la democracia y además, dificultando al grupo mixto toda la Legislatura.

No sé si como otrora decía Rosa Diez, hoy hay que seguir hablando de "chapuza y fraude". De lo que sí estoy seguro, es que a ustedes no hay quien les entienda.