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Mariano Rajoy asumirá mañana la presidencia del Gobierno y formará un nuevo equipo de ministros para afrontar la crítica situación económica y encontrar caminos que permitan superarla. Desde las elecciones, se ha puesto de manifiesto que un nuevo Gobierno no representa por sí mismo un cambio de la realidad, solo de gestor. En las últimas semanas se ha relajado el clima político y se observan actitudes favorables al compromiso para colaborar en la salida de la crisis. El tono habitual de enfrentamiento se ha sustituido, salvo algunas excepciones, por posiciones más moderadas. Incluso en el conflicto que se ha creado con relación a si Amaiur debía o no constituir un grupo parlamentario, el enfrentamiento dialéctico ha discurrido por cauces lógicos. La sociedad espera de las instituciones una actitud responsable, que ayude a mejorar la economía y que no desampare a los ciudadanos. El cambio que representa el nuevo gobierno del PP no puede limitarse a acentuar las políticas de ajuste, sobre todo aquellas que afectan a la precaria economía de cada vez mayor número de personas. Alentar la actividad económica ha de ser el objetivo central de la política.