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Es diari del 16/12 cuenta la noticia del hallazgo de un proyectil de artillería abandonado en la Mola de Fornells. Por la foto, tiene toda la pinta de ser una granada del obús 105/22 de los de dotación en la batería de Mercadal en los años 60 del siglo XX. Por entonces, concretamente en la primavera de 1962, yo hacía la mili como cabo artillero en el Regimiento Mixto de Artillería número 92, cuya plana mayor se encontraba en el cuartel de Calacorp de Es Castell. Desde aquí me enviaron a lo que entonces se denominaba "el tiro de campaña de Mercadal" y que se efectuaba en las cercanías de Cala Molí. Allí, en una vaguada cerca de la carretera de Fornells, se emplazaban cuatro piezas del calibre citado anteriormente y, en tiro parabólico se descrestaba una colina cercana y se disparaba sobre unos blancos de piedras amontonadas situadas en una playa al norte dicho promontorio. Quiere decirse, entonces, que los blancos no se veían desde la línea de piezas. La puntería se hacía indirectamente según los datos que un observador de artillería mandaba por teléfono de campaña desde lo alto del cerro citado, que se tomaba además como referencia de puntería con el goniómetro de pieza, al que se daban los ángulos correspondientes para que el cañón quedara apuntado al blanco sin verlo. Se completaba la puntería con la llamada escuadra de nivel, un nivel de burbuja que marcaba la elevación del tubo de la pieza.

Este era el sistema de tiro típico de obús. Todo este rollo técnico artillero para que el lector profano –que seguramente no se ha enterado de nada– comprenda cómo un chaval de 17 años, como era yo en 1962, que bastante tenía con pensar en "sus cosas", como para meterme en un lío de tiro de campaña y encima de cabo apuntador (el cabo apuntador es el que apunta la pieza con el goniómetro y la dispara a la orden del jefe de pieza).

Bueno, pues, antes del ejercicio real de tiro en el campo, hicimos algo de instrucción de pieza en el patio del acuartelamiento de Mercadal. Allí ya me tienes a mí, recién salido de los juegos infantiles –repito– pensando en mis cosas (sigo haciéndolo) y oyendo a mi alrededor extrañas voces: adelante/atrás/referencia de puntería: la antena del Toro/quita/pon/a la derecha/no, no, más a la izquierda/ sí, bien, así bien/ tira de la reja/ así no/ No, más arriba/ no tampoco, más abajo/deriva 30 milésimas.

Y etc., etc.

Al fin la batería estaba apuntada. Todos los cañones miraban hacia Mahón. Todos, menos el mío, que miraba a Ciutadella. Armado de paciencia, el teniente mandó repetir el ejercicio: adelante/atrás/referencia de puntería: la antena del Toro/quita/pon/a la derecha/no, no, más a la izquierda/ sí, bien, así bien/ tira de la reja/ así no/ No, más arriba/ no tampoco, más abajo/deriva 30 milésimas.

De nuevo todos los cañones apuntando a Mahón. El mío no, ahora apuntaba a Es Migjorn (de soltera San Cristóbal). Lo comento para que conste que no tenía ninguna manía particular a los de Ciutadella. En ese momento se oyó la voz de trueno del teniente: "Que el cabo Terrón pase inmediatamente al calabozo". Esa noche dormí en tablas y sin jergón.

A la mañana siguiente, el tiro. Camiones a las cinco de la mañana, en el trayecto alguien dijo: "Cuando tire Terrón, el lugar más seguro es el blanco". Otro: "Quina me la farà avui". Luego acampada, piezas emplazadas y comienza la función: adelante/atrás/referencia de puntería: la antena del Toro/quita/pon/a la derecha/no, no, más a la izquierda/ sí, bien, así bien/ tira de la reja/ así no/ No, más arriba/ no tampoco, más abajo/deriva 30 milésimas. Presidía ¡nada menos! que el general Castellanos Conesa, que lo primero que dijo al llegar es que llevábamos las botas sucias y teníamos mucho pelo, únicas preocupaciones, al parecer, de los generales de entonces.

Total, que llegó la hora de la verdad. El jefe de línea mandó "batería en salva, a 5 segundos rompan el fuego" (las baterías pueden tirar en salva, cañón a cañón con intervalos de 5 segundos o en descarga todos a la vez). Mi pieza era la primera. El jefe de pieza, que era un cabo 1º de Mercadal que además se llamaba Mercadal (valga la redundancia), dijo "primera pieza fuego". Yo cerré los ojos y abrí la boca (para que no me reventaran los oídos), tiré de palanca, sonó un estruendo increíble, el aire se llenó de un intensísimo olor acre de la pólvora y "aquello" salió silbando ¿hacia dónde? ¿hacia el blanco? No lo sé y además ninguno de los "casolans" de los alrededores protestaron días después, como tampoco se dio noticia discordante tras el ejercicio, así que respiré aliviado.

De todas maneras, amigo lector, pido perdón a los habitantes de Fornells por si acaso. Sospecho que la granada hallada en la Mola de Fornells muy bien podía ser la mía.

Salud y fraternidad en estas señaladas fechas.

terronponce@telefonica.net
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