TW
0

"Adam's Rib" ("La costilla de Adán", 1949) es una espléndida película dirigida por George Cukor y protagonizada por Spencer Tracy y Katherine Hepburn donde estos actores asumen los papeles de una pareja de juristas. La banda musical la dirigió Cole Porter y su trama pasa por ser una de las mejores comedias románticas de todos los tiempos. Se trata del clásico enredo donde una mujer abogada, Amanda (K. Hepburn), tiene que defender a otra mujer acusada del intento de asesinato de su marido infiel. Pero Amanda no sabe que su marido Adan (S. Tracy) ha sido designado fiscal del juicio. Para Amanda la causa se convierte en una defensa de la causa feminista. La historia al final se convierte en una pugna entre los dos géneros.

Las relaciones entre hombres y mujeres siempre han sido problemáticas desde que, según cuenta la Biblia, Dios creó a la mujer en el sexto día de la Creación (con lo que, dicen algunos, se confirma que al hombre solo se le concedieron cinco escasos días de tranquilidad sobre la Tierra). Allí se supone que empezaron todos los problemas. Al final la naturaleza instruyó que los dos sexos se atrajesen y se complementasen. Como el yin y el yan.

La manifestación de la desigualdad de géneros había existido a lo largo de toda la historia humana hasta que solo muy recientemente (en términos históricos) ha sido el acceso de la mujer a la cultura (y al mercado de trabajo) lo que ha ido difuminando y aminorando aquella desigualdad histórica. Hace un par de meses contaba que en la clase de mi hijo de segundo de bachiller hay dieciocho mujeres y sólo seis chicos. Pero ¿hasta qué punto esta deseada igualdad anula las características genéticas de los dos géneros?.

En su día (10 de Enero 2011, Pág. 13) recorté una información del "Dailly Mail" que informaba sobre un estudio que resulta asombroso para las tesis de las feministas radicales. Una gran mayoría de mujeres británicas todavía hoy desea casarse con un hombre que gane más que ellas e, incluso, preferiría quedarse en casa para cuidar de sus niños. El rol clásico no las repele. Otros informes europeos recientes abundan también en la misma dirección.

Creo que, efectivamente, a pesar de las apariencias creadas por la penetración del pensamiento políticamente correcto, hay todavía hoy un altísimo porcentaje de mujeres a las que no les disgusta lo que aborrece a las feministas. ¿Es eso una provocación? En modo alguno. Es una simple llamada a la concordia ya que todo es compatible.

Bien está la emancipación de la mujer, bien su igualdad de oportunidades con el hombre, bien su promoción laboral, bien la igualdad de sueldos por un mismo trabajo, bien su independencia, pero mal está querer olvidar su papel natural y suplantar el del hombre en el mundo. A pesar del ruido de latas que hace ese feminismo radical (esa nueva dictadura de las valkirias del nuevo Apocalipsis social), cuya finalidad no es nivelarse con el hombre sino anularlo y sustituirlo como referente humano, la naturaleza sigue mostrando y determinando la escala de valores de las relacione sociales.

La igualdad de géneros es justa pero no lo es el igualitarismo. Pretender igualitarismo entre dos géneros que la naturaleza ha hecho precisamente distintos es querer romper el orden natural de las cosas. Elucubraciones propias de aquellos soñadores barbudos de los cine-clubs de principios de la democracia.

¿Qué hombre puede sustituir la ternura, la delicadeza y la intuición femenina? ¿Qué mujer puede sustituir la fuerza y la decisión varonil de un hombre? Lo que atrae a los hombres es la feminidad de la mujer, su dulzura, su delicadeza, el eterno femenino. Precisamente esas cualidades que no poseen esas vengativas permanentemente enfadadas con la naturaleza. Unas auténticas tocapelotas. Recordemos al mismísimo Neil Young cantando "A man needs a maid" (busquen en Internet). Dejemos al orden natural en paz y no jodamos con pretender intercambiar papeles. ¡Anda ya!.

Nota 1: Por fin IB3 se deshace de la dictadura pan catalanista y ofrece películas en el idioma común de todos los españoles (¡A ver si por fin sube su raquítica audiencia!). Ahora sólo falta que, en cumplimiento del estatuto balear, se fomenten y usen las modalidades lingüísticas de nuestras islas para que nos podamos sentir identificados en lugar de colonizados. Para oír catalán estándar ya tenemos a TV3.

Nota 2: Algunos exigen el endeudamiento infinito como norma de gobierno para mantener el Estado de Bienestar. Exigir la utopía es, desgraciadamente, gratis. Pero la conocida frase les responde: ¡es la economía, estúpidos!. ¡Pies al suelo, ar!.