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La nobleza del hombre procede de la virtud, no del nacimiento (Epicteto).

Escribo por primera vez a mi apreciado doctor don Rafael Fábregas Xauradó, director del comité de ginecología oncológica y mastología, de la prestigiosa Clínica Dexeus.

Lo hago sentada a s'estudiet de darrere, tras el ventanal divisando la finca. Los potros corriendo en la tanca al compás que le marca el hijo del aparcero, se siente orgulloso de su enseñanza. En el recodo del camino, debido al otoño primaveral han resurgido algunos alhelíes y varias fresias de colores diversos. Mis padres me sonríen burlonamente desde la pared, nostálgica fotografía realizada por Dolfo Coll, fotógrafo de grato recuerdo. No obstante mi mayor placer des lloc de sa figuera se encuentra afuera. Por la ventana que les describía abierta de par en par al frío atardecer de este recién iniciado noviembre.

Lamento el cambio de horario, la oscuridad temprana, debiendo ordeñar al amparo de la luz de carburo. Sa vetlada és tan llarga, invitando a las mujeres de la finca, juguemos a la brisca, mientras Praxedies y Nina se disputan alguna faena frente el parchís. Reanudamos la labor que al llegar el verano guardamos, las interminables puntillas y bordados de punto mallorquín, las de punto de cruz, ahí están, imposible de acabarlas, la visión no puede combatir con la dificultad de contabilizar los hilos venturado sea el tratamiento de mi querido oftalmólogo Pedro Villalonga, vuelvo a enhebrar los alfileres.

La noche nos invita a desvelar murmuraciones, hablar de confesiones, de abrir el corazón que a lo largo del día no comentaríamos jamás. Una vez más, Guideta nos hablo de aquel 18 de Octubre, inolvidable para ella y su familia, convirtiéndose en una fecha importante en el libro de su vida. Dice Guideta va anotando día a día cuanto le acontece. Las cosas buenas, las que deberían ser mejores, con las otras las regulares, hace lo propio. Procurando ignorar dejando pasar de largo lo despreciable o desechable. Dando prioridad a, la esperanza, la paciencia y la resignación.

Estas tres cosas las aprendí sin ir a la escuela y sin haber hecho curso alguno. Mis lectores, tras leerme durante tantos años, ya saben lo que sentí desde mi más tierna edad, al escuchar cómo los niños llamaban a sus madres "mamá", mientras yo decía "tía". Esto me dio la esperanza de que algún día también tuviera alguna y la esperé con paciencia y resignación infantil, fui premiada y llegó aquella mamá Teresa, como auténtico regalo.

Cuando mi padre la pidió en matrimonio, ella le puso un pacto, una única condición, diciéndole:

A partir de hoy, tu hija será mi hija. La niña, que jamás concebí, continuó diciendo… la acunaré entre mis brazos y antes de ponerla en la cama la apretaré contra mi pecho haciéndola parte de mi ser, todo mi cariño será para ella. Así fue. Y me enseñó y me dio mucho más, el que rezara antes de dormirme, dedicando las plegarias a una joven, la que me parió hablándome de mi madre del cielo. Incluso las noches que me encontraba adormilada, no me perdonaba el acostarme sin antes haber depositado un beso sobre el frío cristal que protegía la imagen de una hermosa mujer. La que dos días después de mi nacimiento, va partir cap al cel.

Así fue transcurriendo mi infancia, la adolescencia, tuve el placer de gozar de dos maravillosos embarazos, siendo madre de un hijo y una hija. Al llegar al otoño de mis días, alcancé el mayor título soñado, ser abuela de una niña. Mi niña del alma. Y continué relatando con escritura clara y caligrafía inglesa según me enseñó la madre Julia, de grato recuerdo. Siempre llenando las páginas del libro de la vida cuando sin esperarlo, sin pensar que podría ser una de las muchas mujeres que son diagnosticadas con el temido cáncer de mama, me encontré en la larga lista de afectadas. Una vez más me encontraba ante una de las pruebas de mi Dios, no le podía defraudar. Así fue. Desde un principio mi decisión estaba tomada, con firmeza, sin llantos, desesperos, ni dramatismos, sin perder jamás la confianza, ni la sonrisa ni el buen humor, dando gracias a Dios por acordarse de mí, por no serle indiferente. Y fui fuerte, algunos dirían valiente, gracias al sentirme arropada, protegida y apoyada por mi familia y los auténticos amigos. Entre ellos dos sacerdotes, el que fue mi guía espiritual, don Vicente Macián Cólera, al cel sia, y el reverendo Josep Manguán Martínez, que a pesar de sus muchos quehaceres, todas las semanas me visitó, siendo la primera llamada que recibí después de ser intervenida.

Por supuesto que todas estas cosas me ayudaron, pero la base y el fundamental sin duda alguna, la pieza principal del juego la tuve al ser operada y tratada por un médico que a pesar de tener su tiempo limitadísimo, tuvo a bien atenderme, encontrando en el doctor Rafael Fábregas, amén de ser uno de los mejores médicos europeos en su especialidad, es un humanista. No puedo olvidar a su equipo, entre ellos la doctora Maite Cusidó, directora de la unidad de riesgo oncológico, anestesistas, personal de quirófano, de planta, tots, tots en ple.

Para finalizar, dar las gracias una vez más al doctor Manuel Sánchez Rodrigo, que sin ser su paciente, debido a que mi ginecólogo, Pedro Anglada, en aquellos momentos se encontraba de vacaciones, me atendió dalt de tot, a mi siempre admirado radiólogo doctor Magro, que me supieron encaminar ante el decepcionante y equivocado diagnóstico de la Seguridad Social, en aquellos momentos residencia sanitaria Virgen de Monte Toro.

Podría escribir mucho más, pero debo despedirme de mi gente de la Clínica Dexeus de Barcelona, a la cual recomiendo en todas sus especialidades, contando con un circuito planificado y coordinado para realizar las pruebas y obtener el diagnóstico en solo 2 horas. En caso de detectar algún problema, realizan todas las pruebas necesarias para tener un estudio completo en menos de 24 horas.

En este año de 2011, con la colaboración de todos los miembros que forman el departamento de Salud de la Mujer Dexeus, han creado un calendario con el fin de lanzar, día tras día, un mensaje de esperanza y apoyo a todas las mujeres.

Es un calendario especial, iniciándose, el mes de octubre, destacando el 19 día clave para las afectadas del cáncer de mama.

Y nada más, mi querido doctor, que mandarle desde este lugar todo mi cariño y reconocimiento de gratitud, que junto a mi familia mai li podrem agrair prou.

Para vosotras, mujeres afectadas, continuad hacia adelante, con esperanza e ilusión y las que os encontráis en la lista, un consejo, ante un cáncer solo hay una determinación. Un buen médico, un buen equipo y una clínica como la Dexeus.
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margarita.caules@gmeil.com