El siete de julio de 1860, a las seis de la tarde salió del varadero la hermosa fragata Aurelia. Después de haberle renovado su forro de cobre y recorrido esmeradamente su fondo. Aquella embarcación construida por el maestro de ribera Jerónimo Tudurí de la Torre, que poco antes había construido el bergantín Lola.
La fragata Aurelia, de porte de 474 toneladas, el barco mayor construido en la maestranza de nuestro puerto mahonés, hasta aquella fecha. Su botadura, al igual que todas las que se efectuaban fue muy aplaudida, llevándose a cabo el 8 de octubre de 1849. Tal como digo más arriba, la renovación fue hecha pensando en su futuro, lamentablemente no tuvo la efectividad deseada estava ferida de mort. Siendo desguazada en 1865.
Los desguaces se realizaban en la ladera norte, por lo que voy encontrando en ficheros no descarto que se realizara en lo que todos hemos conocido por Sa Vinyeta.
Escribir de barcos, fragatas, bergantines, laúdes, etc. y dejar de lado a sus patrones, capitanes y responsables de los mismos me parece injusto. Es por ello que dedicaré unas líneas a uno de nuestros capitanes más importantes y del cual se habla molt poc. Me refiero a Rafael Netto, que en 1847 comandaba el vapor Barcino, en aquella primavera remolcó el casco del Nuevo Balear, rumbo a Barcelona, éste fue lanzado al mar con gran alegría de su constructor Jerónimo Tudurí, muy conocido en la ciudad condal. No obstante fue el encargado de construir dos cascos para vapores que se dedicarían al comercio de Barcelona, llegando a hacer las américas. Algunos dedicados al tema naval, han ido confundiendo al maestro Tudurí como constructor de los mismos, no debemos olvidar que tan solo realizaba el casco, que no és lo mateix.
Lamento que la hoja que poseo con datos referentes a este tema, se encuentre algo deteriorada y emborronada debido al paso del tiempo, he de imaginar que la tinta que se usó para su escritura era feta a casa tal com se feien, però sa qualitat era molt flaqueta.
El Nuevo Balear y el Cid, encargados por la sociedad de Navegación e Industria de Barcelona, disponían de las siguientes medidas:
144 pies de eslora, 20,9 de manga, 14 de puntal, 204 toneladas de desplazamiento, casco de madera con su correspondiente forro de cobre, su proa era de las llamadas lanzada, un precioso mascarón lucía a popa con su debido coronamiento. Parece ser que fue don Valentín Esperó quien hizo el montaje de la maquina del vapor El Balear. Los que navegaban o en alguna ocasión lo habían hecho, lo comentaban en actos sociales frente al público como cosa grossa.
Don Jerónimo Tudurí de la Torre, falleció en nuestra ciudad el 18 de mayo de 1888.
Al intentar hablar en mi xerradeta de mi tema favorito, cosas del mar, he creído oportuno dedicarlo a Antonio Picó que fue un enamorado de cuanto tiene que ver con él. Para ello vuelvo la vista atrás, al mes de abril de 1808, terminado el plano del puerto de Ciudadela, levantado por orden del capitán general del Departamento, don Francisco de Borja, el comisionado teniente de navío don Francisco Catalá y Sitges, habiéndolo delineado el segundo piloto don Gaspar Massa, embarcados ambos en el falucho de guerra Escorpión.
Otro ciudadelano, Buenaventura Marqués Lliñás fue capitán del corsario San Felipe, su mandato tan solo duró veinte meses, hallándose en la costa de Cataluña mandando el laúd, contribuyó a que rindiesen y fuesen prisioneros de guerra ciento cincuenta y cuatro soldados franceses, cuatro oficiales y la esposa del capitán. El 21 de julio de 1810 Buenaventura Marqués fue hecho prisionero con el corsario en vista de Tolón, por dos fragatas de guerra francesas, La Penélope y La Mali. Parece ser que estuvo durante largo tiempo prisionero de guerra hasta firmarse la paz en 1815. Concediéndosele la libertad. En 1823 se trasladó a Mahón, dedicándose al corso contra los franceses, mandando el jabeque El Cordero. Dos años después hizo lo propio al mando de la bombarda El Buen Pastor y en el 27 nuevamente, otro jabeque de folio mahonés conocido por La Unión, transcurridos tres años continuaba navegando y siendo uno de los grandes.
En la lista de los patrones ciudadelanos de 1820 se encontraban doce patrones. En la revista de ordenanza del capitán de navío don Miguel de Vigo, ciudadelano de nacimiento, figuran treinta y ocho patrones, diecinueve en tierra y el resto navegando, excepto uno en ignorado paradero. Entre ellos se encontraban:
Francisco Capó Marge, Jaime Manresa Fornaris, Antonio Marqués Aguiló, Felipe Alcina Vila, Miguel Torres Calafat, Francisco Bagur, Antonio Amengual Coll, Pablo Pelegrí Subirats, Francisco Jover Bagur, otro Francisco Bagur, Sebastián Bagur, José Mercadal Campins, Bartolomé Morlá Torres, Baltasar Guitart Sabater, Cristóbal Jover Capó José Torret Piris, Miguel de Vigo.
Patrón Francisco Capó Marge.- 1828 mandaba el jabeque La Unión, posteriormente mandó el laud San Nicolás y La Princesa, ambos de la inscripción de Ciudadela. En 1857 aparece como encargado de las obras de la limpia del puerto.
Patrón Jaime Manresa Fornaris.- 1829 mandaba la jábega Campeador, y en 1835 el jabeque La Unión.
Patrón Antonio Marqués Aguiló.- 1834 También mando el jabeque La Unión. En 1840 el laud San Nicolás y La Princesa, años después el laud La Rita de Barcelona.
Patrón Miguel Torres Calafat.- 1837 mandaba el laud Halcón, después paso El Africano (La Barrinada).
Patrón Antonio Amengual Coll.- 1838 falleció, tras haber mandado otras embarcaciones de tráfico de Ciudadela, el laud Atrevido en 1818, el jabeque El Soltero en 1829 y el bateo San Erasmo desde 1830 a 1833.
Los patrones Pablo Pelegrí Subirats y Francisco Jover Bagur, 1839 ambos navegaban por los mares de Ultramar. En aquellos momentos en Ciudadela se encontraban 388 individuos dedicados al mar.
Patrón José Mercadal Campins.- 1840 falucho Santa María.
Patrón Bartolomé Mercadal Torres.- 1840 del falucho de tráfico El Caballo, pasando al Santa Clara.
Patrón Baltasar Guitart Sabater.- 1840 de los laudes San Buenaventura y san José de la matrícula de Palma y La Princesa. Ambas dedicadas a la pesca.
Patrón José Torret Piris.- 1842 Durante largo tiempo patroneó El Caballo, dejando éste pasando a navegar en los mares de América.
Es de justicia que figure Pedro Aragonés Mir, que mandaba el laud San Antonio de Padua, corsario que cesó en el mes de diciembre de 1826, pasando a patronear el falucho tras la fama lograda en el corso con el falucho San Matías. Este patrón, destacó por su valentía y arraigo, uno de los más valientes y temidos por el enemigo no tenia por de res ni de ningú.
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