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La economía europea está de tal manera que se hace muy difícil comprender o entender como de la noche a la mañana los bancos, que son a fin de cuentas los que tienen nuestros ahorros, resulta que aunque algunos de ellos hacen públicas sus ganancias, en España por ejemplo van y necesitan nada más y nada menos que 26.000 millones de euros para normalizar sus cuentas. ¿Cómo un banco necesita que le aporten capital contante y sonante si tiene beneficios?, ¿qué han hecho mal los que rigen y dirigen los bancos para que estén en tan precaria situación?, ¿de eso también tiene la culpa el gobierno?

Por cierto, los bancos ya podrían ir pensando en poner a la venta patrimonio, unos activos que les mejoraría su falta de liquidez, digo yo.

Por otra parte, se veía venir la condonación del 50% de la deuda griega. Ya recordarán ustedes que se lo anticipé hace más de dos meses, adelantándome de largo a la decisión que se tomó la semana pasada. Bueno, ahora en esas mudanzas del lenguaje, ya no se llama condonar, si no una quita. Condonar o quita, el caso es que a Grecia le han perdonado una deuda de miles y miles de millones de euros, que evidentemente no puede devolver. Permítaseme una pregunta: ¿de qué bolsillos eran realmente los miles de millones prestados, y ahora perdonados, a los manirrotos helenos? ¿Por qué no se dice con claridad el porqué ha llegado Grecia a la bancarrota? Aunque se lo podría decir sin muchos circunloquios, pues simplemente porque han gastado dinero que no tenía, y no un poquito, si no miles de millones.

¿Cuántos políticos griegos se van a sentar en un banquillo judicial para dar cuentas de sus negadas condiciones para administrar las arcas públicas? De verdad… ¿de verdad quieren ustedes que se lo diga? Pues presumiblemente ninguno, Exactamente igual que por estos pagos, por no prever los políticos gobernantes, ni tampoco por eso las distintas oposiciones, lo que iba a pasar con la burbuja inmobiliaria, que a decir verdad no son culpables sólo de no intuirla, son culpables de propiciarla. Y para más inri, no fueron pocos los que se forraron obscenamente. Y algunos, aún en los estertores de la bancarrota inmobiliaria, siguen siendo denunciados un día sí y otro también por prevaricar. Los que se enriquecieron de esta manera tan indigna, les importa una higa que todo aquel disparate inmobiliario haya terminado como la caída del imperio romano, como el rosario de la aurora, dejando tras de si un rastro de varios millones de parados, un rastro de varios miles y miles de jóvenes parejas hipotecadas de por vida, ya digo, con una deuda contraída para toda su vida laboral. Vida laboral que en tantos casos se ha visto frustrada y ahora, los mismos que les facilitaron aquellas hipotecas, se quedan con los pisos, incluso pretenden en algunos casos, que el hipotecado siga pagando. Y ni políticos, ni banqueros, ni constructores, parecen tener el más mínimo sentimiento de que han hecho las cosas mal. Sobre todo los políticos, que son los que pudieron y debieron haber puesto freno a la peligrosa situación que se estaba gestando para dejar a España al borde de la bancarrota.

La economía europea, además, está pagando muy caro aquellas prisas por crear el euro.

Lo hicieron sin armonizar una política unitaria. Tampoco fueron capaces de intuir siquiera que con políticas tan diferentes, con situaciones para nada homologables, aferrados cada cual a sus propios intereses, la moneda única tenía los pies de barro.
Según decía hace unos días Angela Merkel, ahora hace falta un billón, con b, de millones de euros para corregir la economía europea. Aparte, claro está, de los miles y miles de millones que ya se han ido sacando a costa de los contribuyentes.

Señora Merkel, a mí no me cuesta nada decirle lo que yo necesito, pero tengo un problema, no se me alcanza dónde conseguir ese dinero. ¿Comprende usted, señora? Claro que ustedes, los políticos, siempre tiene el cómo y el dónde. El cómo es exprimiendo la máquina de crear impuestos y la de recortar derechos de toda índole. Y el dónde…pues de dónde va a ser, del mismo sitio que siempre es, a costa de los trabajadores de cualquier nivel y cualquier índole.

Por cierto, ahora mismo les digo que aunque Europa fuera capaz de estabilizar su maltrecha economía, cosa nada fácil y en cualquier caso dilatada en el tiempo, porque un billón de millones no es cifra baladí, a la hora de intentar amortizarlos en cuatro días, los problemas de la moneda única les garantizo que no habrían desaparecido. Estoy convencido que en cualquier momento habrá un país que "sacará los pies de las alforjas" y vuelta "la burra al trigo". Y si no, al tiempo.

Créanme cuando les digo que no me siento satisfecho de una personal lista de aciertos en esa industria de ejercer de oráculo catastrofista que me asiste. Ojalá que más que acertar me equivocase. Pero tal cual pinta, tampoco es mucho el mérito, ya que lo difícil, es no acertar.