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La solución a la debilidad económica por la que atraviesan las administraciones públicas, en muchos casos ocasionada por una mala o irresponsable gestión de los recursos, suele acabar en un perjuicio para el bolsillo de los ciudadanos. A los recortes anunciados a nivel autonómico, ahora el contribuyente se enfrenta a las decisiones que tendrán que adoptar los ayuntamientos para cuadrar los presupuestos de 2012. Las medidas de contención del gasto y de mejorar la eficacia en la gestión municipal parece que no van a ser suficientes para obtener los ingresos necesarios. Ayer el pleno del Ayuntamiento de Ciutadella aprobó la actualización de 12 ordenanzas fiscales que estaban congeladas desde 2007. La subida se corresponde solo al IPC de estos años, según el equipo de gobierno. Este Consistorio tiene también en estudio cobrar el precio real de las actividades culturales y deportivas. Medidas seguramente necesarias pero impopulares en un momento en el que las familias están sufriendo duramente las consecuencias de la crisis. Por ello, los ajustes deben evitar una merma de la calidad de las prestaciones básicas y la tentación recurrente de subir los impuestos. Habrá que buscar otras fuentes de dinero.