TW
0

Warren Buffet, comprometido filántropo y hombre desorbitadamente rico –valga la eventual incoherencia- escribió, semanas atrás, una carta titulada "Dejad de mimar a los ricos". En dicha carta, publicada en el "New York Times", Warren quiso dejar un recado al gobierno de EEUU: pedía que arreglaran el absurdo y vigente sistema fiscal en el que los ricos acaban pagando proporcionalmente menos que el resto de trabajadores, según se dispuso a comprobar él mismo: "Lo que pagué fue sólo un 17,4% de mis ingresos gravables, y ese es un porcentaje realmente más bajo del que pagó cualquiera de las otras 20 personas en nuestro despacho. Su carga fiscal varió del 33% al 41% y de media fue del 36%". –sentenció-. Sin embargo Warren Buffet por ser extraordinariamente rico no es un rico cualquiera, y teniendo en cuenta además su faceta filantrópica -aunque aplazada-, y por lo tanto el presunto destino de su riqueza cuando muera (que según adelantó el propio Buffet iría a parar en un 99% a fines humanitarios) no resultó demasiado extraño el discurso de su escrito, por lo que nadie ha visto, ni ha querido ver en sus palabras, intereses ocultos, ni una cínica o enrevesada estrategia para conservar su riqueza o aumentar privilegios.

Pero muy pocos días después un pequeño grupo de grandes millonarios franceses pedía al ejecutivo de Sarkozy -en una aparente misma línea- , que se les aplicara un impuesto especial para contribuir a salir de la crisis y esto sí resultó extraño, cuanto menos sorprendente, y no solo porque a ninguno de los integrantes de ese grupo se le conociera hasta la fecha faceta filantrópica alguna, o porque su comunicado fuera todavía más lejos que el de Warren Buffet, y ya naciera con una propuesta concreta "un impuesto especial", sino también por la inmediata respuesta de Sarkozy: tan solo un día después François Fillon, anunciaba una medida excepcional y así "el impuesto especial" sugerido por los ricos franceses 24 horas atrás se convirtió de pronto en realidad. Pero no terminó ahí lo extraño o sorprendente del asunto pues poco tiempo después, un grupo alemán todavía más numeroso que el de los franceses e igualmente ricos, sugería lo mismo a su manera.

Hay quien piensa que los ricos franceses y alemanes, seguramente abducidos por la clarividencia de Warren Buffet, simplemente han tomado conciencia y han llegado a considerarse parte del problema y que, por lo tanto, ya no pueden evitar poner su porción de solución y de ahí el comunicado y por eso la propuesta; algunos todavía más generosos no ven más que altruismo en todo esto; otros, los más escépticos, lo que entreven es un intento conjunto y fallido, por parte de Merkel y Sarkozy, de provocar un efecto dominó que llevara la iniciativa (y la recaudación) por toda Europa, aunque en otros países, como en España, la noticia solo logró abrir debate y ningún rico ha dado un paso adelante, ya se sabe. Pero lo que en verdad parece toda esta historia es una pantomima. Uno diría que los millonarios han encontrado una forma falsamente heroica de salir airosos, vestidos de "Robin Hood" han transformando en solidaridad un mal menor que además será breve, pues se sabe que la recaudación a los ricos es puntual (la única medida "anticrisis" que nace con fecha de caducidad: 2013 ) y que además se englobará dentro de un paquete junto a otras medidas –no se sabe si caducas- que no afectarán solo a los más ricos y, en fin, que es algo así como apuntar al tigre y matar mil ciervos.