En la otra orilla del puerto se encuentra un remanso de paz

Decirte que la velada del 16 fue inenarrable. A la otra orilla de baixamar, la que siempre llamaron ladera norte, hoy la denominaría "la triste y desamparada" y no por falta de gentes que intenten que no se mueva ni un còdol. Es curioso, los que más luchan por ella son almas gloriosas llegadas de fuera. Ya sabes, Martina, los mahoneses siempre tan dejados estar, y luego algunos se enfadan cuando intentas decir en voz alta que admiras al pueblo de Ciutadella y con ella los hijos de la ciudad que serían capaces de cualquier cosa con tal de ir avante a toda máquina.

Vuelvo atrás en el tiempo para escribirte sobre una movida del mismo lugar donde cené la pasada noche, la odisea de un puñado de hombres, con escasa cultura, lo suyo, el trabajo, duro y puro, debo pensar que se atrevieron a subir al Ayuntamiento mahonés, por los momentos que vivían, estaban próximos a las elecciones generales que debían tener lugar el 21 de abril 1907, animaba a los obreros a moverse y atreviéndose a hacer peticiones en beneficio propio. La candidatura de Unión republicana, entendida como la más cercana a los mismos, la encabezaba el doctor don Federico Llansó y Seguí. Uno de los pasquines que guardo entre mis papeles, dice "¡Menorquines! El triunfo del doctor Llansó debemos considerarlo, ante todo como obra de cultura patria. ¡Que cada uno cumpla con su deber!".

El mes de marzo de 1907, se dio a conocer Unión de Mariscadores de Mahón, pidiendo la concesión de un trozo de terreno marino comprendido entre Cala Rata y la playa de San Antonio para establecer un vivero de mariscos. Curiosamente, mi padre tenía 11 días, pero ello no afecto per res al suyo para formar la cabeza del pelotón de los valientes hombres que reclamaban sus derechos, ya sabes Martina o mejor dicho es fácil adivinar que a principios del pasado siglo, tomar esta clase de iniciativas era arriesgado, las clases sociales diferenciaban a unos de otros y los hombres del mar, sin duda alguna los mas pobres, los mas desprovistos de tot. Fue con la llegada de las primeras barcas del Bou desde Valencia y Mallorca los que envalentonaron el cotarro, al comprobar que aquellos se llevaban la tajada. Allò els va fer borinar es fils. Otro día te explicare sobre el tema, dispongo de datos que te gustarán, infinidad de datos y anécdotas de los primeros, los iniciadores.

El 28 de aquel frío y ventoso mes de marzo, se informó por parte del Ayuntamiento favorablemente al señor comandante de Marina la instancia de la sociedad formada por los mariscadores, pidiendo la concesión, siéndoles adjudicados, el tramo solicitado. Praxedies, que de números sabe un fotimer ha hecho cálculos y dice que en marzo se cumplieron 104 años.

Otro dato de la misma fecha, recorrió entre las gentes afincadas en el mundo de la pesca, tras ser examinados para obtener el título de patrón de pesca, obtuvieron el mismo los señores siguientes, todos ellos muy conocidos y apreciados en baixamar.

Miguel Moll Pons
Antonio Llabrés Capdevila
Rafael Mus Anglada
Miguel Cladera Pómez
Juan Enseñat Coll
Francisco Pons Ramón
Juan Martínez Cristina
Juan Toribio Vinent

Por aquellos tiempos, los mahoneses bajaban al puerto para observar la belleza de la casita que se estaba construyendo en la Cala d'en Busquets, por orden de don Antonio Codina, homo de doblers, hizo levantar frente el arenal, donde también se feien agafades ben guapes d'escopinyes. A buen seguro no sabes de dónde te hablo. Era frente el actual Club Marítimo. Antes Liga Marítima, ignoro si continúa siendo de los Codina, pero no hace muchos años que la familia lo habitaba, disponían de un amplio jardín con huerto. El camino existente que enlazaba Villa Carlos con Mahón, era muy estrecho y fue muy dificultosa su ampliación al tratarse de arena pura.

La construcción del vivero de mariscos conocidos por La Solana se iban adelantando, intentando estuvieran finalizadas antes de llegar el invierno. Corría el mes de octubre de 1908. Los mariscadores faenaban depositando en los mismos, grandes cantidades de aquellos moluscos.

Los entendidos xerraven per aquí i per allà, la aparición en gran número de crías que habían ido apareciendo, especialmente las escupiñas llamadas "ostra blanca", las grabadas de toda la vida. Se añadía que de llegar esta a su completo desarrollo podría producir buenos ingresos a los mismos.

El de la motora, siendo yo muy niña me hizo escribir en un papel (el reverso de una hoja de calendario) haber escuchado del suyo, que de tener suerte aquel lugar volvería a ser lo que fue en lejanas épocas, en que el puerto de Mahón fue un auténtico criadero de las mismas. Sin olvidar la época de los ingleses.

Fue tal la ilusión de los hombres del mar, que se fueron apuntando muchos de los pescadores, mayoritariamente bolitxers, a las artes marisqueras. El señor Ferrá, padre de mi amigo Vicente Ferrá Comellas, que falleció hace dos años, se inventó sa ullera, junto en Ravull. Los dos puntales del lugar, según los datos que poseo.

La primera vez que llegaron los socialistas, después de la democracia, intentaron hacer una publicidad, de que los mahoneses no diéramos la espalda al puerto, algo que sorprendió a todos, ya que de siempre el pueblo vivió cara al mar, fiestas, veraneos, meriendas, dies a s'altra banda.

Creo recordar que no hace mucho escribí en una de mis xerradetes, por si acaso tú no la leíste, la repetiré, que la Anglo Española aumentó con otros dos departamentos para destinarlos a las construcciones navales. Una gran nave que se levantó al otro lado del camino de Cala Mesquida. Construyéndose la draga cuya subasta le fue adjudicada a dicha sociedad. La prensa decía: "También dentro de poco quedará montada con personal idóneo, una sección de construcciones eléctricas" (esto último el tiro les salió por la culata, deseaban hacer sombra al que había sido su amigo Andreu, y alguna peleíta pasajera provocó un pataleo de Ruiz Verd). Pero la cosa quedó parada, no podía ser de otra manera los hermanos Ruiz Verd no disponían de capital.

Aquella nueva factoría tenía el corazón encogido a medio Mahón, dando la sensación de que cuantos talleres se encontraban esparcido por la ciudad deberían cerrar sus puertas, nada más lejos, los que cerraron en clan cargados de deudas y haciendo quebrar a muchísimas familias que confiaron en ellos, adquiriendo acciones de la Anglo.

No debo olvidarme de los maestros de ribera, presentando todos a la una el presupuesto para la adjudicación de la construcción de una lancha de madera para el servicio de la Comisaría de Guerra de esta plaza. No pudiendo exceder el precio de la misma de dos mil ochocientas treinta y tres pesetas y nueve céntimos. Casualmente aquel lanchón, fue uno de los dos que los de mi edad hemos visto infinidad de veces como eran remolcados por las motoras de La Mola. Su cometido era el transporte de personal del ejército, enseres y material de guerra.

Te dejo, Martina, me he enrollado como la cortina del lavadero, y llegó la hora de ir en busca de las vacas. Besos.
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margarita.caules@gmail.com