A nadie amarga un dulce

O por lo menos así debería ser, pero no todo en el monte es orégano, en el monte también hay cardos y caquitas de cabra salvaje, te guste o no te guste. No sé ustedes, pero yo soy un devorador de chuches, algunas veces debo reconocer que algo compulsivo. Tal vez por esa razón me sumo a la opinión de tantísima gente que ha opinado favorablemente sobre la situación de un puesto de golosinas ubicado en Fornells. Veamos, ¿ese puesto cuenta con autorización administrativa, no paga sus impuestos por metro de ocupación, es que hay voluntarios en Fornells que, cinta métrica en mano, se recorren todos los puestos feriales para ver si dan la talla? Ni que fuera un mero, Dios mío!. Asegura el propietario del puesto que sufre "mobbing", ya saben, esa formula que apareció no hace mucho escrita en varios carteles sindicalistas como mal sufrido, de forma muy concreta, por una gran mayoría de funcionarios y que te lleva a pensar y hasta asegurar que alguien te persigue, te zancadillea para que no alcances tus objetivos y tengas que darte de baja por enfermedad psicológica durante unos cuantos meses. ¿Pasarse cuatro metros en la dimensión del puesto (que por lo visto están cotizados) es tan grave o es (sería) más lógico, apoyar a que un comerciante, en esta época y con la que cae, pueda ganarse la vida? ¡Clotellada a tanto inspector Colombo de pacotilla!