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He decidido no mirar la agenda cultural durante el verano", me dice convencida mi amiga Cuchi. "Tú sabes que éste es el tiempo del relajo por excelencia y a mí lo de la agenda cultural me pone de los nervios", abunda categórica. En cierta manera, a Cuchi no le falta la razón. La languidez con la que Menorca pasa el invierno, la primavera y el otoño se convierte en frenesí en la estación estival. Los conciertos, exposiciones, festivales y actos varios se multiplican por doquier sin que Cuchi haya podido entender todavía -yo tampoco, lo confieso- porqué no se coordina un poco mejor la agenda cultural. "Que vinieron unos amigos unos días y tuvimos que elegir entre "els dimarts as Migjorn" o la "Música al carrer" de Maó", se queja Cuchi. Repito, no le falta razón. Da que pensar que una misma noche coincidan una función teatral de renombre, un festival multicultural, un concierto, proyecciones del Mèdit y actividades que conforman el programa de las fiestas de Fornells, Es Castell y Es Grau, entre otras. Habrá coincidencias que no se podrán evitar pero otras quizás sí con un poco de esfuerzo por parte del Consell y los ayuntamientos.