24/06/11 0:00
La planta desaladora de Ciutadella no sólo no funciona sino que los pleitos entre empresas que han participado en su construcción, el litigio que bloquea su acabado y la desgana con la que la Administración maneja el proyecto lo han convertido en un caso desolador, paradigma de indolencia en la gestión de los recursos públicos. Siete años después de la adjudicación de las obras, éstas no han culminado ni nadie parece dispuesto a asumir la responsabilidad en torno a lo que se promovió como una iniciativa de solución al problema de abastecimiento de agua y que ahora se cuestiona por motivos de coste y rentabilidad.
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