Otra vez propongo un paseo por la ciudad de Mahón- Maó, insistiendo en la necesidad de abrir los ojos y percibir con todos los sentidos, para poder realizar un análisis y un diagnóstico sin prejuicios, y así, proponer actuaciones con ideas imaginativas y adecuadas a nuestra ciudad, sin importar modelos de otros lugares que aquí no funcionan, éste es uno de los principios básicos de sostenibilidad, aplicar soluciones particulares tras un estudio de las necesidades y requerimientos de cada lugar, climatológicas, sociales, culturales, económicas, geográficas, etc. Claro que esto implica un gran trabajo previo, pero con seguridad, los proyectos tendrán éxito.
Ciertamente la visión global que necesita un proyecto de ciudad sostenible, es una labor compleja, por la cantidad de factores que inciden en su concepción y funcionamiento, es imprescindible tener en cuenta a todos y cada uno de los que habitan, trabajan, pasean o visitan la misma, y por tanto las inquietudes de cada uno se deberían recoger para que realmente todos pudieran desarrollarse plenamente y con independencia dentro de este espacio. Es difícil ponerse en la piel del otro, casi imposible, la empatía no ha sido nuestro fuerte en esta cultura individualista y egoísta, en la que nos han educado, pensando solo en nuestro propio beneficio, esto nos ha llevado al momento actual, abandonado el interés de conservar, cuidar, querer y mantener los espacios comunes, las plazas, las calles, los parques y jardines, pensando que no es nuestro, mientras atiborramos nuestras viviendas, de todo lujo de comodidades, de electrodomésticos, tv, play, mobiliario de lujo, obras de arte, etc.
La ciudad, y sobre todo el espacio público, siempre ha sido el lugar más importante para la relación, educación y crecimiento de los ciudadanos, pequeños, jóvenes, adultos, ancianos, su cuidado y respeto hacían que estas funciones se desarrollaran bien.
En los últimos años, se ha invertido muchísimo en calles peatonales, plazas, en mobiliario urbano, en iluminación, pero sin tener en cuenta a las personas y usuarios, no se ha proyectado con un porqué y un para quién, un para qué, resultando en muchos casos un fracaso, derrochando dinero público en pequeñas o grandes intervenciones particulares, si un proyecto global, sin tener en cuenta a los usuarios, sin un estudio previo para priorizar las actuaciones, cayendo después en el abandono, sin cuidado, sin respeto, sin mantenimiento, sin uso.
También es verdad que para educar cívicamente, en el uso y disfrute del espacio público hay que invertir, no basta crearlo y luego abandonarlo, cuando se proyecta, es imprescindible saber y contemplar la necesidad del mantenimiento futuro, tanto por su desgaste natural, como por el uso. Por tanto es imprescindible la implicación y responsabilidad tanto de las administraciones como de los propios ciudadanos para su buen uso, ofreciendo todos los medios necesarios para que sea más fácil y eficaz.
Efectivamente parece obvio, pero, en nuestro paseo vamos observando, ¿cómo estaban las baldosas del suelo? Rotas, con huecos, bien colocadas, resbalan. Hay vallados de obras o de seguridad que no se quitan, porque no se repara la causa origen de este problema.
¿Había fuentes para beber, sombra, bancos?, ¿cuántas papeleras hemos encontrado?, ¿cuántas estaban llenas de basura?, ¿cuántos contenedores oliendo mal o con residuos por fuera, en mitad de plazas, calles o cerca de un restaurante en el puerto?, ¿ cuántos excrementos de perros?. Esto es el análisis y diagnóstico, es la ciudad que tenemos, pero ¿es la ciudad que queremos?
Es necesario un buen uso de este espacio, pero es muy importante poner los medios para que funcione y se utilice bien, no basta solo la educación o las multas, creo que el tema del mantenimiento del material de estos espacios es imprescindible, debiéndose dedicar una partida importante para renovar y conservar, después de haber realizado un diagnóstico completo del estado actual de la ciudad, y evitar que los vallados permanezcan eternamente, que la ciudad no sea segura, pavimentos rotos, jardines abandonados, como el del Museo de Menorca, Sant Pere, no se deberían acometer más obras nuevas si no hay dinero, ni personal, para mantener, reponer y conservar lo existente.
Por otro lado los residuos son un grave problema, desde la sostenibilidad se aboga por la reducción de los mismos, pero existir existen y hay que gestionar bien su recogida, no podemos tranquilizar nuestra conciencia ecológica sembrando contenedores por todo el espacio público, lo ensucian más que los propios residuos, estropean la imagen de la ciudad, producen olores, debemos garantizar una recogida selectiva adecuada a nuestra pequeña ciudad, sobre todo en el casco histórico, podría ser puerta a puerta, facilitando a todos los ciudadanos /as que reciclen, sin obligar a personas con problemas, a que se desplacen cargados de vidrios, cartones etc, No podemos olvidar a los perros, yo que tengo uno, y te das cuenta de la cantidad de perros que viven en la ciudad, resulta muy difícil encontrar lugares para pasear con sombra, para que hagan sus necesidades vitales, existen un par de zonas que se han convertido en un lugar asqueroso, como las cuestas peatonales, que bajan al puerto, o Sínia Costabella, por ejemplo, donde no hay medios, ni bolsas ni papeleras especiales para estos residuos, así que cuando recojo los de mi perro, entre tantas otras que están sin recoger, me paseo con la bolsita hasta al fín encontrar una papelera, ¿por qué no se ponen medios para educar y facilitar a la gente a recoger las cacas de sus perros? En la mayoría de las ciudades existen contenedores para esto con bolsas de plástico que se van reponiendo, asimismo se destinan espacios para que estos animales y sus dueños puedan pasear y estar, no olvidemos que cuando algo no se contempla, se encuentra una manera para subsistir, en este caso estropeando, ensuciando y deteriorando la ciudad, dando una imagen pésima a los residentes y visitantes.
La ciudad que tenemos, de momento, está bastante abandonada, y los ciudadanos/as han dejado de quererla y de cuidarla, la administración no ha caído en la cuenta de la importancia de mantener y conservar el espacio público, olvidándose al proyectar, del para quién y para qué, la ciudad que queremos es una ciudad amable, accesible, viva, cuidada, limpia y segura, donde cada ciudadano/a encuentre el espacio adecuado a sus necesidades en el cual pueda desarrollarse plenamente y vuelva a sentir que Mahón-Maó es su ciudad y la quiera compartir con todos/as.
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Vocal www.GBCe.com
socia de www.sostenibilidadyarquitectura.es
www.revitalizarmahon.blogspot.com, también en facebook. Revitalizarmahon.
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