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La implicación de los militares en política a veces llega por vía antidemocrática como resultado de una rebelión militar que toma el poder de forma anticonstitucional. Pero un militar también puede entrar en política si asume, como ciudadano común que también es, su papel como miembro individual de su comunidad. Presentándose a unas elecciones en igualdad de condiciones con los otros candidatos, y renunciando a ser casta exclusivista, el militar se integra en la cosa pública al aceptar el veredicto del elector democrático.

El militar menorquín, el mahonés Luis Alejandre ha conseguido el mayor rango posible en el escalafón militar. Ha alcanzado no solo el grado de Capitán General sino que ha sido máximo Jefe de la cúpula del ejército español. ¡Sólo le ha faltado ser "Generalísimo"! …aunque esto hubiese significado quebrar la democracia.

Su reconocido prestigio le ha llevado a liderar esa magnífica "obra civil" menorquina que representa la Asociación de los Amics de s'Illa de l'Hospital. Hombre culto, posee un innato don de mando, de liderazgo, y une su preparación en estrategia y técnica militar a un carácter abierto y extrovertido. Alejandre ha sido designado en múltiples ocasiones como interlocutor del Gobierno español en varios conflictos internacionales como consecuencia de la confianza que despierta su valía y preparación en los círculos del Gobierno. Alejandre representa sin duda un activo para Menorca.

Este ciudadano, ese general, ha aceptado ahora participar en política insular de la mano del Partido Popular en calidad de independiente.

Hace seis años la entonces eurodiputada socialista Rosa Díez visitó Menorca e intervino en un Foro de "Iniciativa Cívica Mahonesa". Alejandre, que estaba entre el público, se quedó a cenar y yo mismo le cedí gustoso mi plaza al lado de la conferenciante. En los postres el amigo Alejandre aceptó presentar en Mahón un libro de la eurodiputada que finalmente no se pudo celebrar por problemas de agendas. No creo equivocarme si afirmo que Luis Alejandre es un liberal convencido, un moderado, que está alejado de cualquier tentación conservadora extremista.

La captación de esta personalidad por una determinada opción ideológica ha sacudido a buena parte de la sociedad política de la isla y quizás haya sorprendido a muchos.
Hace ya cuatro años el general Alejandre ya fue objeto de deseo para varios partidos políticos. Yo mismo le ofrecí representar a la nueva opción de "Ciudadanos de Menorca" en el Ayuntamiento de Mahón. Rechazó todas las ofertas pero pasada esta legislatura ha cambiado de opinión.

Dejando aparte su valioso currículum, la obra de Alejandre en su isla, en su ciudad de Mahón, quiere ser la reconstrucción, la salvación de los edificios (y el espíritu) de la historia de la isla del Rey. A pesar de vivir ahora momentos de crisis, desde el centro de decisión del destino de los fondos públicos a invertir podrá sin duda lograr su deseo que es el de muchos mahoneses y menorquines.

Quienes recordamos con espanto, con auténtico horror, a aquel chusco concejal de Cultura (¿Kultura?) del PSM que, ahora hará ocho años, abogó de la forma más impune por acabar de derrumbar, por derruir las construcciones históricas de la isla para no se sabe que maliciosos fines ideológicos, debemos de agradecer los esfuerzos de este colectivo civil liderado por Alejandre como ejemplo de la mejor sociedad civil en Menorca..

Las actuales listas cerradas no son democráticas en puridad ya que fuerzan a tragarte unos candidatos que no has elegido tú mismo. Poder votar a nombres, a personas concretas, y no a listas impuestas sería sublimar el sentido democrático. Si ahora el protagonismo lo tienen las cúpulas de los partidos, las listas abiertas concederían aquel protagonismo al elector. En este caso se pondría en evidencia quienes tienen más votos si los brigadas, los capitanes o los generales.

Dado que es imposible que el socialismo llegue ahora en el CIM a conseguir los siete consellers (y por tanto a la mayoría absoluta) la ecuación que se plantea es elegir entre la opción que apoya el general o bien la de la conocida coalición que venimos viviendo desde hace ya diez años entre el PSOE y el PSM. ¿No serán las próximas elecciones al Consell insular un "tour de force" entre Alejandre vs. Tuni Allès?