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No hay lugar ni tiempo mejor o peor para empezar algo. Todo el mundo tiene ideas y la diferencia de que "ocurran o no" es el propio límite que cada uno se pone.

Hace tiempo, en la Universidad de Harvard (Inglaterra) se llevó a cabo un estudio. Un año se les preguntó a todos los estudiantes que empezaban una nueva promoción, qué querían hacer al finalizar sus estudios. Sólo un 4% contestaron exactamente lo que querían, el resto dudaba, Aquel 4% de estudiantes vio cumplido su sueño y 20 años después: hacían aquello que habían soñado. El resto se quedó por el camino
De esta misma forma fue como Marc Cercòs y Pau García Milà a sus 17 años tuvieron una pequeña idea a la cual persiguieron y hoy, cinco años después, es un proyecto que compite con Microsoft y Google.

Aunque no les sabría explicar técnicamente el tema les contaré que estos dos chavales viven en un pueblo de Cataluña. Desde su temprana adolescencia se reunían para "destripar" ordenadores y ver qué había dentro de ellos. Cuentan que iban a Barcelona y compraban hardwares de desguace para poder jugar con sus entrañas. No podían resistir la emoción y en el propio tren de vuelta ya estaban, con el traqueteo, despiezándolos.
Un día quedaban en casa de uno, allá en lo alto del pueblo, otro en la del otro, en la parte baja. Cada vez que se les olvidaba algún escrito o apunte que tenían en el ordenador de la casa en la que no estaban, tenían que andar 20 minutos y sudando con la cuesta. Este fue el simple motor que les hizo inventar un sistema para compartir las documentaciones archivadas en los ordenadores pero sin contar con los gigantes de la informática.
Llamaron a su sistema operativo web AYE por ocurrencia de la madre de uno de ellos.
El caso es que, entre unas cosas y otras, AYE llegó a un Diario americano que comentó el invento de los dos españoles. Duró la noticia lo que duró el no saber su edad y la falta de preparación académica que tenían. La idea se convirtió en una crítica a dos mocosos que competían contra 30.000 de Microsoft

Así, estos dos quijotes, se enfrentaron sin ser muy conscientes a los gigantes del monopolio de la informática

Hoy día, están en 52 países, su sistema está traducido a 32 idiomas y lo utilizan 16.000 personas. Han montado su empresa en Barcelona donde trabajan 30 personas.
Ellos confiesan que el aspecto más importante para que se haya producido este hito fue el no tener ni un duro. Se dieron cuenta de que a medida que iban desarrollando la idea necesitaban algo de dinero para avanzar. Entonces empezaron a vender páginas entre la gente del pueblo y consiguieron los primeros 3.000 euros con los que empezaron su S.L.
Han recibido el Premio Nacional de Internet, dan charlas en foros de emprendedores, participan en programas de radio y televisión e incluso Pau ha escrito un libro titulado "Está todo por hacer" demostrando así lo que dicen:

"Emprendedores somos todos, incluso un funcionario puede serlo".