Estaba leyendo la prensa, cuando esta frase de un artículo de opinión me impactó sin saber por qué.
Intenté investigar un poco y me fui al diccionario. Las palabras suelen tener diversos significados, aunque en el contexto del escrito en cuestión, la acepción parecía responder a un propósito de censura o de crítica, constatando que algo iba mal, como cuando decimos, pensando en la clasificación de un equipo de fútbol o baloncesto: la situación es dramática.
Hay una locución coloquial "Hacer un drama", que viene definida como: "dar a un suceso tintes dramáticos que no tiene". Pero no me pareció esta, la opción más adecuada.
Las definiciones alternativas eran: 1. Obra perteneciente a la poesía dramática. 2. Obra de teatro o de cine en que prevalecen acciones y situaciones tensas y pasiones conflictivas. 3. Suceso de la vida real, capaz de interesar y conmover vivamente.
Me quedé con la 3, como si fuese un concurso de la tele. ¿Quiere ser millonario?... ¡Vaya pregunta! ¿Por qué no te preguntan si quieres ser una buena persona?
La etimología, a veces, da pistas. Drama viene del latín drama, y este del griego dpaµa, que quiere decir: hacer o actuar. En teatro o cine, es toda obra que expone una narración mediante personajes que dialogan entre sí, sin la intervención visible de un narrador. Hegel lo describió como un género nuevo, intermedio entre la comedia y la tragedia
La educación es un drama. Un hacer o actuar, en el que nos jugamos lo que vamos a ser.
Recordé la educación recibida. Un "suceso de la vida real, capaz de interesar y conmover vivamente". Por lo menos a mí. Con sus momentos de tensión, de intriga, muchos personajes (principales y secundarios), diálogos fecundos y vivencias entremezcladas de interrogantes, sonrisas y ansiedades…
Pensé en los jóvenes actuales de ambos sexos. Su educación es un drama. ¡Qué bonita expresión! Cada uno de ellos, como protagonista de una obra apasionante: su propia vida.
No debemos dejar que algo tan bello caiga en la indiferencia, la sensación de fracaso, la pasividad o la rutina. La lucha por aprender es lo que nos ha hecho y seguirá haciendo humanos. Nuestro sistema educativo necesita mejorar, es cierto, porque valoramos y amamos la educación. Y no la ponemos en el último lugar de nuestros intereses.
Le pensamos dedicar, todo el tiempo y el esfuerzo que hagan falta.
Me gusta este proverbio hindú: "Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más". Porque uno de los grandes placeres en la vida, consiste en encontrarnos con una persona bien educada.
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