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Que la Comisión Balear de Medio Ambiente haya superado el colapso administrativo que la atenazaba y que se agilicen los trámites tiene unas consecuencias que vale la pena valorar. El pasado jueves, la ponencia técnica de la Comisión dio luz verde a la tramitación de las revisiones del planeamiento general de Maó, Sant Lluís, Es Migjorn y Ferreries. El presidente de la Comisión, Ramon Orfila, quiso que Menorca fuera el escenario de una reunión, que en muy pocas ocasiones se celebra fuera de su sede en Palma. Lo hizo para que se valorara el trabajo de gestión de los expedientes todavía sin resolver que se ha llevado a cabo en el último año. La tramitación de los planeamientos urbanísticos es imprescindible para no obstaculizar la actividad en el sector de la construcción. Los procesos administrativos nunca deberían ser un inconveniente para el desarrollo económico y sin embargo la burocracia pesa demasiado. Cada día más. Las nuevas normas también permiten mejorar la seguridad jurídica, ya que se superan situaciones de provisionalidad. En Maó, las críticas de empresas de construcción por la demora en la concesión de las licencias, han sido respondidas con el compromiso del alcalde de agilizar los trámites.