12-II-11
Los políticos, en general lo ponen difícil a quienes, por haber vivido buena parte de la vida fuera de la democracia, queremos elogiarles. Dan pocos motivos, es más, parece que se empeñan en evitarlo. Veo ahora a un grupo de diputados españoles haciendo el payaso en Guinea con el dictador Obiang. Pero esto es sólo el chocolate del loro de lo más preocupante: la actitud de la ciudadanía cuando vota por aclamación a presuntos corruptos. Y me descompone la jactancia de los ungidos por el pueblo, la perversa ostentación de que los votos absuelven, signo claro, patognomónico, diríamos en lenguaje médico, de una grave enfermedad social.
Pero es sábado y toca fútbol. ¿Será capaz mi equipo de superar la última conspiración en su contra? Y es que fracasadas hasta ahora las bravatas del Especial Five portugués, sólo quedaba ensayar el efecto Yoko Ono, experimentado en su día con gran éxito para desestabilizar primero y disolver después nada menos que a los Beatles. Si aquella japonesa de mirada fúnebre lo consiguió, ¿cómo no intentarlo con las descargas eléctricas de las caderas de Shakira? Se avecinan tiempos turbulentos.
13-II-11
Me lo temía, el efecto Yoko Ono empieza a funcionar. Empate y gracias. Serenidad, fortaleza. No nos moverán. Luminoso mediodía en Calasfonts con varios restaurantes abiertos. Aleluya.
Tarde de cine del Oeste con los hermanos Coen y Jeff Bridges, "Valor de ley", pero no me resultan creíbles los personajes de la adolescente, una repipi que sabe hasta latín, y tampoco el de Matt Damon, demasiado blandengue, y me invade la nostalgia de John Wayne. Al salir noto muy contentos a los locutores de las diferentes emisoras de radio. Aunque no desvelan el marcador, sé que el Madrid está ganando.
14-II-11
Atiendo la invitación del alcalde y acudo al hotel Port Mahón donde una espléndida Paula Gili me hace los honores. Tras departir con la alcaldesa de Ciutadella sobre variaciones emocionales de Llevant a Ponent, con Pons Fraga sobre articulistas misteriosos y con Ponç Pons sobre portugueses buenos (Pessoa, Torga) y portugueses cretinos (sin señalar), durante el picoteo, pasamos al foro, en el que se encuentra un florilegio del empresariado menorquín que plasma sus inquietudes tras el discurso, magnífico, de la competente y estilizada ministra Garmendia sobre la nueva economía de la innovación. Las intervenciones, medidas pero sustanciosas me devuelven la esperanza: hay gente de mucha valía en la isla dispuesta a remar para salir del marasmo.
15-II-11
El reverso de la moneda del empresariado se revela hoy en la portada de los periódicos con la pésima gestión en El Caserío. No son sólo los puestos de trabajo en peligro, siendo lo más importante, es su repercusión sobre la deprimida economía menorquina y sobre el estado de ánimo en general, decisivo para encarar la recuperación. Es otro aspecto del efecto Yoko Ono, esta vez con tintes dramáticos por su repercusión social, y no causado por una mujer fatal sino por un empresario peculiar… ¿Habría que iniciar los trámites para beatificar a Boyer?
En la tertulia del Ateneo el siempre lúcido e independiente Carlos Sebastián, director general en su día del ministerio de Boyer, nos explica los orígenes y derivaciones de la crisis, desmitificando la pretendida perversidad de los mercados: Todos haríamos lo mismo que ellos a la hora de invertir, no nos fiaríamos de los presuntamente insolventes...
En la cena, el profesor madridista nos confirma la teoría del efecto Yoko Ono: "Shakira es la gran esperanza blanca".
16-II-11
Dos magníficos artículos en Es Diari me alegran el desayuno en un día lluvioso. Emili Pons y Carreras nos explica con sutil ironía la reciente eclosión del cine "en menorquín" con la victoria de "Pa negre" en la gala de los Goya. Unas pocas páginas más adelante es el arquitecto Juan J. Gomila quien líricamente nos cuenta una sesión de teatro a domicilio, de la que pude gozar hace unos meses, una reflexión de Jean Cocteau sobre el engaño, en una tenebrosa tarde de tramontana.
Luego leo sobre ¡por fin! El procesamiento de Berlusconi, ¿el final de un largo escabroso y masivo engaño? De nuevo el efecto… "Yoko-Ruby Ono"… Y por la noche, más pruebas de la conspiración cósmica: el Barça pierde en Londres.
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