El reportaje que abre hoy el diario revela un viejo problema de la industria turística y de la economía menorquina. Es viejo porque es antiguo y actual porque apenas se ha avanzado en su resolución y, por tanto, romper la estacionalidad sigue constituyendo un objetivo social y político. En todas las campañas electorales aparece como tema recurrente en los programas y promesas de los candidatos; hace cuatro años se habló de una temporada turística de nueve meses y, sin embargo, estamos donde estábamos con tendencia inversa a la pretendida. La estacionalidad marca ciclos y el pulso económico, pero también incide sobre las expectativas inversoras, un importante motor del sector turístico. Las instituciones han mostrado una evidente lentitud de reflejos en la elaboración de normativa que facilite soluciones a la conversión de usos de determinados establecimientos turísticos, se cuestionan las trabas burocráticas y la larga tramitación exigida en negocios de este ámbito han forjado en suma una imagen poco atractiva para la inversión en Menorca. Esa aparece hoy como causa añadida a los factores naturales y conocidos de la vieja y consolidada estacionalidad.
Editorial
Estacionalidad, un problema viejo
13/02/11 0:00
También en Opinión
- Un vecino denuncia el empadronamiento por sorpresa de cinco extranjeros en su casa
- Denuncian a un policía nacional de Maó por no atender a una mujer que hablaba en catalán
- El fenómeno de las criptomonedas crece en compras y cajeros de Menorca
- Llega a la sanidad pública de Menorca una alternativa menos dolorosa en la extracción de sangre
- La Guardia Civil avisa: multa de 30.000 por llevar esta 'tarjeta' en la cartera
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.