Crisis y creatividad

La creatividad es el esfuerzo innovador que a menudo rompe con lo establecido para proponer una nueva estética. Una nueva ética de la estética.

En momentos de crisis económica (y cuando la sociedad está deprimida por, principalmente, equivocadas decisiones políticas que afectan a su bienestar) es cuando más debe de practicarse la inventiva, la creatividad y la imaginación para poder encontrar medidas que ayuden a superar la depresión existente.

Este pasado fin de semana la Feria de Madrid ha sorprendido con la presentación de grandes obras que muestran los esfuerzos por presentar novedades imaginativas. En el sector de la joyería y de la bisutería (tan cercano a Menorca) se ha notado un especial sentido creativo y de hecho han sido las firmas más innovadoras quienes han podido salir mejor libradas de la carencia de ventas generalizadas que azota al sector.

Pero no deberían de ser sólo los creadores artísticos quienes debieran de acogerse a la imaginación para superar la crisis. También los políticos debieran de utilizarla para poder superar los diferentes problemas que afectan a sus conciudadanos. Los estudiantes del 68 rugían en el parisino barrio de Saint Michel con "l'imagination au pouvoir" (la imaginación al poder). Tenían razón. El poder debería de estar en manos de gentes imaginativas y más en momentos de crisis. En manos de "imaginarios imaginativos" sensatos que pudiesen encontrar soluciones como las encuentran los mejores comerciantes para continuar vendiendo sus productos en épocas de crisis.

¿Pero con qué nos encontramos? En España nos hemos encontrado con un visionario enfermo de optimismo crónico cuya miope visión de las circunstancias históricas que vivimos hace tambalear a todo el país. Nos topamos con políticos-burócratas que se aferran a unas pautas de comportamiento ideológicas que no sirven para combatir y salir de la crisis en la que estamos inmersos. Nos topamos con sectores ideológicos determinados que o bien barren pa' casa en un egoísmo desenfrenado (permitido por el Gobierno y/o por una Constitución mal desarrollada y no acotada aún) o bien confeccionan cambalaches que desintegran y desigualan el país.

En Baleares nos desayunamos cada día con un Govern ahogado por una deuda que, en buena medida, han creado ellos mismos. Ahogado por los compromisos ideológicos donde cada uno de los multi partidos que lo forman tiran por su lado y donde brilla la ausencia de una unidad de acción coherente.

En Menorca se sigue de resaca. Se sigue intentando sacar réditos de lo que la isla fue (las tres patas productivas históricas) y ya no es. Se vive de la irrealidad.

Nos balanceamos en la utopía eco -tradicionalista. Y así nos va.

Quienes están en el ajo saben de la constante huida de inversores por la falta de seguridad jurídica y por la crónica tardanza (una característica ya asentada en Menorca) en resolver las tramitaciones administrativas de expedientes varios. Menorca necesita una nueva y salvaje copulación entre realismo y creatividad que remueva las bases de las conocidas actitudes caribeñas (por lentas). Menorca no necesita ideologías caducas y parasitarias ancladas en el pasado.

Las crisis son siempre una oportunidad para crecer, para asentar las bases de un futuro mejor, para diseñar mejores futuros. Es en tiempos de crisis cuando los creativos hacen los mejores negocios. ¿No necesita Menorca de "políticos creativos"?