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Menorca ve el primer sol de España, lo que además de ser un buen lema de promoción turística también significa que se encuentra en la periferia de la geografía nacional. Si se observa el mapa publicado en la página 3 de la edición del domingo, se ve como la Isla es un apéndice, a la que siempre llegan en último lugar las redes eléctricas, de gas o de nuevas tecnologías que forman parte de un proyecto autonómico. El presidente del Consell, Marc Pons, defiende la idea de que un cambio de visión en esta cuestión es posible y muy importante. Menorca puede situarse como centro de una área del Mediterreo, entre Catalunya y Cerdeña. Para ello está pensando en una estrategia que acerque la Isla a Barcelona y que en el futuro pueda mirar hacia el este. Las conversaciones iniciales con el expresidente de la Generalitat, José Montilla, seguramente se retomarán con Artur Mas, quien mantiene con Menorca una relación especial, porque ha sido su lugar de veraneo desde la infancia. La idea de Marc Pons merece ser valorada. Que Menorca tenga iniciativa propia es básico y no permanecer a la espera del desarrollo de los proyectos autonómicos, que, por geografía, siempre nos sitúan en último lugar.