Tierra y lluvia

Estoy delante de mi ordenador y veo a través de mi ventana llover, pero lo que más me gusta es el sonido de las gotas de lluvia al caer en la terraza, pongo un poco de música "los chicos del coro", Petits Chanteurs de Saint Marc me encanta, pero mi atención se la sigue llevando el caer de la lluvia.

Me trae a mi mente recuerdos de mi querida madre ya fallecida, sentada y cosiendo oyendo una radio que teníamos en casa, tengo recuerdos tan lejanos y al mismo tiempo tan presentes de mi familia, que la verdad me envuelve un pensamiento de sencillez tal que me lleva directamente a mi niñez, me transporta al retroceder en el tiempo y revivir momentos inolvidables de aquella niñez haciéndome feliz contemplar las flores y el mar, respirar el olor a tierra mojada que la brisa me traía.

Siempre he tenido la ilusión de que el olor a tierra mojada era una emoción compartida, por todos los seres humanos capaces de ser sensibles, ya que yo la he considerado como una fragancia universal en la que intervienen fenómenos atmosféricos y la tierra. Quiero ir terminando con un poema de Antonio Machado:
"/Está la tierra mojada/por las gotas del rocío/ y la alameda dorada/hacia la curva del río/"

Cada vez huelo menos a tierra mojada, voy a dejar la ventana entreabierta para que entre ese olor que me ha traído recuerdos de mi infancia, embriague mi dormitorio, está anocheciendo y parece que quiere volver a llover, mañana será otro día.

/"Me embarga el aroma a tierra mojada
la hierba recién cortada
afloran mi sentimientos más íntimos
tengamos el coraje de sentir y amar".