Sasha Pons Florit

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En esos instantes, soy de nuevo "Margariteta petita". Aquella pequeñaja negra como el carbón con ojos de gata, de pelo rizado, tanto que a la hora de ser peinada se convertía en una auténtica pesadilla. Estirades per aquí, estirades per allà, embulls i més embulls.
Me encuentro feliz, situada frente el escaparate de la tienda de Manolo Cardona, esquina Buenaire con la cuesta de la Plaza.

Me veo con mi abrigo azul marino a la marinera, frente al escaparate de la juguetería. Muñecas de cartón de todas las medidas. La señora Nieves, esposa del señor Cardona, colocando una hilera de nenes de piedra, estos eran pequeños, su inconveniente, ser de aquel material, al caerse quedaban hechos quatre miques. Javier, pobrecito, se me cayó por la escalera de mi casa va rodolar de dalt fins baix. Al contemplar la fatal caída, cerré los ojos y me tapé los oídos, en un santiamén vi aquella graciosa figurita, vestido de bebé, hecho añicos. Fue un milagro de las hadas el que salvara su frágil figura. Gracias a que mi madre le había hecho una pañoleta de lana, aprovechando los trozos que iban quedando de otras labores, el ir bien envuelto con la gruesa manta, salvó que se quedara hecho trizas. Lloré desconsoladamente al recogerlo del suelo, a la vez que mi carita nuevamente se volvía risueña al contemplar el milagro. Para consolarme de tal disgusto, se me premió con uno de aquellos chicles que vendían en casa Mando, por diez céntimos una peça grossa. Es posible que alguno de ustedes los recuerden, eran de color rosado, de forma cuadrada. Las niñas tirábamos de cada lado mientras lo sujetábamos con los dientes formando uns calçons. Menudos disgustos se daban a las amigas si salía la figura rota de unas supuestas bragas.

Volviendo con el tema de las muñecas a las que hago referencia, añadir que nada tenían que ver con las populares Mariquita Pérez, o las Giselas, tan bonitas, tan bien vestidas, las de cartón a las que hago referencia, eran muy sencillas se entregaban con un vestidito y unas plantillas con cintas a modo de zapatos, lo que daba opción a que pudieran ser vestidas por las madres o abuelas de las niñas, que se verían favorecidas con alguna de ellas.

Precisamente en una de las reuniones familiares de estas festividades, me comentó mi cuñada Lola Rebaque, que su gran ilusión, siempre había sido que los de Oriente le dejaran al lado de sus zapatos negros de charol estrenados aquella Navidad, una muñeca grossa. Aquel año, principio de los cincuenta, los Reyes Magos leyeron atentamente su carta, viéndose su sueño realizado, junto a la ventana, una preciosa muñeca más grande de lo normal, se la miraba con carita de niña buena. Cuanta emoción, hoy siendo abuela de dos preciosos niños na Julia i Alex, les explica con todo lujo de detalles como sucedió la cosa, incluso el momento en que quitó el sombrero de la niña de cartón encontrándose con la sorpresa de que no tenia cabells. Me imagino a Eugenio Rebaque, impresor de la Editorial Menorca desde sus comienzos hasta que se jubiló, con que ilusión debió comprar junto a su esposa Magdalena Pons de ca'n pena la suspirada fieta de cartó. Y es que nuestros padres hacían cuanto podían y mucho más para complacer a sus hijos, no disponían de las llamadas visas, su tarjetón era trabajo, sacrificio i no treure es peus des llençols".

Dejé la escritura, deseosa de evadirme de mi infancia, bajé a la tanca, la que se encuentra junto al camino, con sus viejos almendros, a la hora del atardecer y de la madrugada los pájaros revolotean, sumergiéndose dins ses basses, como intentando agotar los últimos instantes del día y al igual que las aves, me despedí de la dura jornada vivida. Después de Navidad, el trabajo se multiplica por diez. Escurar la vajilla, cristalería, cubiertos, bandejas y juegos de café todo ello heredado de ses ties fadrines, volverlo a colocar adecuadamente en la vitrina, lavar manteles, servilletas, almidonarlas guardándolas para una nueva ocasión. Mientras tanto el cielo se iba oscureciendo, a veces, en noches despejadas como la de hoy, las estrellas parecen ser bombillas de cent. Antaño, en nuestros hogares tan solo llegaban a 25 voltios, las de 60, se encendían en fechas muy señaladas. Con las últimas noticias, parece ser, que el presupuesto dedicado a la iluminación familiar se verá reducido a encender una candela.

Al entrar en la cocina, las mujeres des talaiot de Trepucó, estaban de cháchara. Decía la hermana Julia, mi querida maestra carmelita, que mientras se trabaja, se debe estar callada. Aquí, en esta casa es todo lo contrario, mientras se trabaja se mantiene una agradable tertulia y con el guirigay que conlleva la misma, me dispuse a escribir la carta a los magos.

Mis Queridos Reyes Magos de Oriente:
Desearía que al recibo de la presente, os encontréis bien de salud, por aquí, siempre igual, trabajo, sacrificio y tirar hacia delante. Es por ello que estoy convencida que este seis de enero del 2011, vendréis cargados con estas cosas que siempre deseé, tomad nota de ello:
Una tonelada de paciencia de la buena. La misma cantidad de tolerancia, con mis compañeras ses dones des Talaiot que se van volviendo mayores. Repiten y vuelven a repetir las conversaciones, diciéndolas una y otra vez, hasta que n'estic fins allà dalt.
Gratitud… dos sacos llenos de esta difícil virtud. Para que sepa agradecer a cuantos me tienden su mano.

Este año, no es preciso me dejéis dentro del zapato Elixir de Amor, el pasado 2010, me dejasteis tanto que a lo largo de los 365 días no me l'he acabat.
No os extrañe, no os pida euros, por el contrario algún manual de cómo lograr s'estirin. Si de joven supe ser buena administradora, en la actualidad no logro continuar con la misma tónica, tenc ses mans foradades.

Que de una vez por todas, se acaben los desamores entre los hombres, promoviendo lamentables guerras, ocasionando muertes innecesarias, separando a infelices criaturas de sus padres y familiares. Que no falten los alimentos, ni cuantas cosas se consideran básicas, un techo, poder acudir al colegio, que los mayores gocen de un trabajo, se acaben las crisis de toda índole, desaparezcan de la tierra los odios y las venganzas.
Y por último, recomendaros, no os olvidéis de ser bondadosos con Sasha Pons Florit , un precioso niño rubio de ojos azules, nacido en Novosibirsk, capital de Siberia. Este 14 de enero cumplirá 3 años.

Melchor, Gaspar y Baltasar, cuando lleguéis a su hogar, os recomiendo paséis a su habitación, por supuesto con sigilo y mucho cuidado, para contemplar una estampa maravillosa, el observar mientras duerme, es precioso, esta completamente integrado en nuestra ciudad, siempre risueño y feliz, corre com una bala con tan solo divisar la puerta des Busquerets donde acude todos los días, jugando con sus compañeros. Adora a su señorita Amparo, la quiere con locura, siempre habla de ella, por algo se le puede definir como sociable, cariñoso, alegre a la vez que no le falta carácter. Quan vol una cosa, la vol, i prou. Al preguntarle que pide a los Reyes Magos, responde, rápido, tanto como las gacelas que corretean por los valles que lo vieron nacer, con mirar vivaracho… una bicicleta grande, grossa.

Lamentablemente no soy reina y mucho menos maga, de serlo, obsequiaría a los padres de Sasha, Gracia y Cholo, o Cholo y Gracia per es cas és igual, por ofrecer tanto amor, por ejercer de padres a manos llenas, teniendo la convicción que cuando Sasha sea un chico mayor, seréis para él, eso, sus auténticos padres, ya que para serlo, no es preciso el parir, hay cosas mucho más importantes, el amor , el respeto, cuidarlo, el enseñarle a amar sus raíces como lo venís haciendo, durmiéndolo… Gracia, en tu regazo a la vez que le cuentas a modo de cuento, sus orígenes. Os felicito.

Y por hoy nada más, mis queridos reyes. Está oscureciendo y debo ir a ordeñar, preparar qualque fogassa que, de saber vuestra dirección, os mandaría alguna para que probéis el sabroso queso de Mahón.