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Sabes, Rock, que cuando llegan estas fechas siempre falta alguien cercano, de ahí lo de la silla vacía.

Desde que tengo uso de razón (si es que lo he tenido alguna vez) casi siempre ha faltado alguien en Navidades o Nochevieja. Desde aquellos lejanos tiempos de Jaén, con cuatro años de duro duelo nunca fue todo igual.

La época de la mili (en Ibiza) y posterior destino escolar en tierras de Baleares.

Estando allí faltaban los familiares de Andalucía, Valencia o Granada…

Ahora, Rock, que estás en Menorca, con toda tu familia menorquina, te faltará tu abuelo y familia dominicana.

Son tiempos de añoranza y en eso estoy.

Son momentos de recordar a los familiares que se fueron (me acuerdo como nunca de Carmela y la Yaya, que hubieran sido felices de conocerte y ver tus ricitos), pero así es la vida.

Son momentos de recordar frases o escritos como los dos que te cito.

Tu tío, Kuk, escribía a propósito del día del padre "ya he dicho en múltiples ocasiones lo parecido que me siento a mi padre para lo bueno y para lo malo. No obstante compartimos (más bien me ubico a la sombra) el placer de escribir, la dedicación profesional y cegadora a nuestras aficiones, un físico similar, el fumar, la lealtad, un carácter introvertido y seguramente otras muchas cosas que he olvidado. Desgraciadamente también compartimos miles de kilómetros de por medio... Y es que los dos tenemos la capacidad de vivir plenamente en el lugar donde nos encontramos, sea donde sea o bien tenemos la incapacidad de conservar ricas relaciones en la distancia…".

Sabes, Rock, que espero que algún día conozcas a mi sobrina Rosa. Después de muchos años de distancia, de incomunicación, logré su correo electrónico y nos pusimos en contacto. Le envíe las cartas a Fiona y las tuyas y en sus comentarios sobre ella me hacía una reflexión (más de una) que quiero rescatar ahora, que me dará fortaleza para estas fechas en tierras dominicanas y que me hace sentirme en paz conmigo mismo.

Escribía Rosa: "Me llama la atención que no menciones la muerte de tu hermano, no sé por qué, igual me equivoco, pero me ha dado por pensar que ése pudo ser uno de los detonantes de tu 'huida' a ese otro mundo, como si de pronto terminaras de tomar conciencia de que la vida va muy deprisa y quieras apurar hasta el último en busca de una segunda juventud en ver de tener una vejez 'convencional' que quizás es la que terminarías por tener aquí."

No sabes, Rock, cómo Rosa dio en el clavo y me hizo meditar en profundidad.

Ahora, que estás en casa de tu abuela, Lina, disfruta –que sé que lo harás– de ese buen "caliu" con tus papis, Lina, Mari, Olguita, Laura, Maite… Déjate abrazar por Marta y sentirás mi cariño a través de ella, por Noe, por Kuk y Carol, por Pep y Susan, por todos.

Y no te preocupes por mí, que mis Navidades serán diferentes, modestas, bajo el techo de una casa de zinc, casi en un batey, en San Rafael de Yuma; pero piensa que estoy en paz conmigo mismo y que aunque nos separen siete mil kilómetros, en esa silla vacía estará mi corazón.

Te quiero, Rock.