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El informe de coyuntura que CAEB presenta cada año por estas fechas expone varias premisas bien conocidas: Menorca presenta una dinámica más difusa que el resto de las islas, el sector servicios es el que sugiere más oportunidades y mayor capacidad de adaptación, la recuperación será más lenta de lo inicialmente calculado. En definitiva, todos creen en la salida del túnel y el esfuerzo por aportar optimismo entre los economistas en sus estudios es tan notable como el que hacen empresarios y trabajadores. Pero los números son tozudos y los indicadores marcan un estado económico a la baja con mayor caída del PIB en Menorca y con peores expectativas a corto plazo respecto a Mallorca y Eivissa. Hasta dentro de tres años no podrá hablarse de cifras de crecimiento real, según advierte el presidente de CAEB, en una diagnosis que evidencia el calado profundo de la caída. El moderado freno registrado este año pierde interés ante la referencia de 2009, de pésimo comportamiento y resultados, aunque gana en cuanto a expectativas y orienta sobre pautas de comportamiento futuro, lo que en palabras de Josep Oliver significa que la recuperación es realista y requiere un gran esfuerzo de la Administración y de la empresa privada.