Amigo lector, echo en falta cierto grado de intimidad. Con esto de las redes sociales y de internet, nos estamos volviendo locos. Aprovechamos cualquier lugar para decir qué estamos haciendo o bien en qué estamos pensando y para qué engañarnos, hablando en plata, nos convertimos en lo que antaño se conocía como filósofo de lavabo, aquel individuo que mientras 'soltaba el recadito' sentado en el trono real, estampaba una frase lapidaria en la puerta de turno para regocijo del siguiente usuario.
La verdad es que regalamos a quien lo desee un derecho universal como es el de la intimidad. Colgamos en la Red fotos de nuestros viajes, en los que lucimos barriguita si son en la playa, a cambio de que nuestros amigos o contactos comenten y digan lo bien que nos sienta el bañador o lo fría que está el agua. Pero internet es un monstruo brutal que devora sin compasión todo lo que se le dé. Es decir, que una foto que se cuelga hoy irá a la deriva por el mar del cyberespacio para los restos. Cuando me paro a pensarlo, no sé hasta qué punto eso es bueno. Y no sólo con fotografías, también están los vídeos, los comentarios e incluso los artículos de opinión del que arriba firma.
Toda esta cyberbasura estará ahí, al alcance de aquel que así lo quiera. Por lo que 'es dia de demà' podemos toparnos, a la hora de solicitar un puesto de empleo en alguna empresa importante, con una instantánea de aquel día en el que nos abrazamos demasiado al cubata y acabamos ganando un Óscar al mayor ridículo. Por mucho que en ese preciso instante nos hiciera muchísima gracia.
Pero bueno, si te soy sincero, amigo lector, no predico con el ejemplo. Soy el primero que cuelgo fotos de mis aventuras y desventuras nocturnas y diurnas, de mis excursiones por aquí y por allá, de mis celebraciones copichuela en mano y de todo lo demás. Quizá me pese como una losa el día de mañana, pero como todavía está por llegar, satisfago mi necesidad de demostrarle a todo el mundo que me lo paso bien, mientras mantengo al día a aquellas personas con las que por uno u otro motivo, no puedo hablar.
Ni te recomiendo que hagas lo mismo, ni todo lo contrario. Que cada cual barra hacia donde quiera y que luego apechugue con lo que venga. Y si aparte de todo esto quiere lucirse en el wáter con el bolígrafo, que lo haga, así a más de uno le hace la vida más agradable y entretenida.
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dgelabertpetrus@gmail.com
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