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Dedicando un rato el otro día a buscar información por internet, fui a dar con el portal de un periódico de tirada nacional en el que el apartado más leído se titulaba "¿Qué podemos hacer para ser felices?". Me llamó mucho la atención. El hecho de que miles de personas leyeran un artículo en el que se daban las claves para encontrar la felicidad podría ser susceptible de estudio sociológico. ¿Qué puede estar pasando en la sociedad? El artículo habla de la necesidad de sentirse útil y querido, y es que las relaciones sociales parecen ser básicas para ser feliz. Pero si nos fijamos, el ritmo de vida que llevan algunos ciudadanos, con sus hobbies y costumbres incluidas, parece estar destinado a crear ermitaños. Lo afirma un estudio que demuestra que el 80 por ciento de los niños asegura que su tarde ideal es jugar a la consola o navegar por la red, mientras que las personas mayores no se cansan de repetir que antiguamente no se necesitaba tanto para estar a gusto.

En todo caso, me quedo con un dato que aporta el citado artículo tan leído: "el 95 por ciento del sufrimiento es inútil, lo causamos nosotros".