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Me comentaban, recientemente, en la redacción del "Menorca", que una jovencísima estudiante de Alaior les había remitido una "Carta del lector" dirigida, sin embargo, a esta sección… Era, por tanto, un texto que deseaba, expresamente, ser cómplice de las páginas que ahora está usted leyendo. Era un síntoma. Un buen síntoma de que "Dic el que pens… Pens el que dic" iba calando en nuestros lectores. Lectores que habían aceptado nuestra invitación, entendido nuestra intencionalidad y anhelado colaborar en la elaboración de "Es diari". El "Menorca", pues, ampliaba su nómina de constructores de la palabra; de ingenieros de la argumentación o de usuarios de la lengua con finalidades estéticas… La calle reforzaba, por otra parte, esta creencia, cuando me paraban para preguntarme cosas relacionadas con el premio. Preguntas sobre la extensión de los textos, sobre la periodicidad del galardón, sobre su originalidad o exclusividad o, incluso, sobre cómo era el bolígrafo que se entregaría por gentileza de "Didasko"… Pero había, todavía, un tercer parámetro. En la última semana, las "Cartas del lector" han sumado, que no restado, temas. Sus horizontes se han ampliado. El lenguaje ha sido mimado. Y el número de textos publicados ha sido mayor. Así, por ejemplo, y junto a las habituales (y nada desdeñables) cartas de denuncia o de agradecimiento, junto a las de contenido político y partidista, hemos publicado otras con una mayor carga personal o emocional que pretendían no sólo tratar un tema puntual, sino aportar un pedazo de historia o una experiencia íntima. En estos casos, y gracias a ustedes, el "Menorca" había adquirido un carácter más humano que, por serlo, lo convertía en más próximo y cercano… Y en esa ampliación de horizontes de la que hablábamos nos hemos topado, por ejemplo, con alguien que, a través de estas páginas, solicitaba ayuda para la reconstrucción de un tiempo pasado (los personajes populares que, en los años cincuenta y sesenta, escribieron la historia en minúsculas de Menorca, que no por ir en minúsculas perdía trascendencia) o con quien nos quería enseñar el lado oculto y nunca narrado o descrito en las noticias (el papel jugado por las esposas de los guardias civiles, por ejemplo, a lo largo de su historia y su, en ocasiones, heroísmo silente y no reconocido) o con quien… Por tanto nuestras páginas han añadido objetivos. Junto a los más típicos (a los que jamás, por otra parte, renunciaremos) hemos alcanzado otros: las peticiones de ayuda, la visión oculta de las realidades cotidianas, etc…

Por eso, junto a la imagen de quien esto suscribe y la de Roig, su fiel amigo, podríamos añadir, ahora, la de quienes se han interesado por esta nueva aventura y la de los que ya han participado en ella de manera expresa… Ojalá llegue el día en el que no hubiera ya espacio físico para dar cabida, en la cabecera de esta sección, a tantas imágenes de tantos artífices de la misma, a modo de obra ciertamente coral. Porque la calidad de "Dic el que pens… Pens el que dic" y su continuidad depende, estrictamente, de ustedes.