¿Qué tienen en común ciudades como Madrid, Bruselas, Nueva York, Amberes o París? Que llevan a cabo la misma iniciativa que algunos pequeños pueblos de la Península: intentan dar uso a sus edificios abandonados. Y lo hacen por dos motivos: por no ofrecer una imagen de abandono, y porque buscan dar un aire más moderno apostando por proyectos de carácter social o artístico.
En Berlín, por ejemplo, hay un edificio similar al lamentable Hospital Militar que tenemos en Maó, la diferencia es que fue bombardeado en la guerra. Tal espacio fue cedido a numerosos colectivos de artistas que han convertido el inmueble en visita obligada si se viaja a la ciudad alemana. Encontramos casos como el de Berlín en cantidad de poblaciones españolas y eso es algo que no sucede en Menorca. Los Ayuntamientos están permitiendo que se deterioren ciertas edificaciones que resultarían de gran valor si se cedieran a asociaciones, artistas y demás personas con ideas novedosas. Por algún motivo, en esta Isla no disponemos de esa opción y es una pena porque con ello ganaríamos todos.
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