Cala Figuera, cuando impera la cordura

Juan Cabrera Valenzuela02/08/10 0:00

Como alcalde de Es Castell quiero manifestar mi satisfacción por la decisión de Autoridad Portuaria de descartar definitivamente las expropiaciones de las viviendas de Cala Figuera, que afectan a vecinos del término municipal de Es Castell. He manifestado en diversas ocasiones que no se debía planificar la zona a costa de destruir viviendas de ciudadanos y desarraigarlos de su entorno, insistí que había alternativas y que ningún desarrollo industrial o comercial justificaba esa agresión tan brutal hacia nuestros convecinos. Felizmente Autoridad Portuaria, haciendo uso de sus competencias, ha decidido descartar la expropiación de las viviendas y abordar la ordenación de la zona buscando otras alternativas. Entiendo que ha sido sensible a las reivindicaciones de los propietarios, cargadas de razón, y a la presión ciudadana y mediática, que ha priorizado el "interés general de las personas" y no el "interés general económico". Damos por sentado que el planeamiento de Cala Figuera va a ser respetuoso y mantendrá los criterios expresado por el Presidente de Autoridad Portuaria de Balears.

Los criterios imperantes en 1998 cuando se redactó el plan de usos del Puerto de Mahón, no pueden ser los mismos criterios actuales. La razón que esgrime Autoridad Portuaria de que "contó con el informe favorable del Ayuntamiento des Castell ", refiriéndose a posibles expropiaciones, es algo tendencioso y no se ajusta a la realidad. En dicho informe y refiriéndose a Cala Figuera, consta que se entiende el esponjamiento de la zona como concepto, pero no a costa de expropiaciones de viviendas, ya que a continuación se hacía referencia a los perjuicios que dicha medida generaría al municipio. No obstante, dicho informe no fue emitido por un Ayuntamiento gobernado por el Partido Popular. Con ello quiero decir que el actual equipo de gobierno ha estado en contra de las expropiaciones desde el principio y así lo ha manifestado.

Quiero felicitar a los vecinos afectados, los que no querían ser desalojados de sus viviendas, ya que por fin parece ser que ha terminado su pesadilla y después de todo ha imperado la cordura.