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Director de Plataforma, una editorial independiente nacida en 2007 que publica libros con autenticidad y sentido de la que han salido, entre otros títulos, Sonrisas de Bombay. www.plataformaeditorial.com

Me invitan a escribir 700 palabras sobre las cosas que importan: en realidad, debería poder escribirlo en muchas menos palabras:
Pero, me importa, en esencia, que las cosas estén bien hechas. Que las personas, las instituciones, las empresas, la sociedad identifique, potencie y premie el esfuerzo. Que la gente sepa que tiene que hacer las cosas tan bien como el cirujano que un día va a operarte a ti o a una persona muy querida: no se deben admitir chapucerías.
Me gustaría decir, en esencia, que las cosas deben hacerse con lucidez, es decir, con consciencia. Y hacerlas con amor, con valor, con coraje. Y que, hacerlas, precisamente, es lo que da sentido a la vida.

Parece que Freud dijo que el ser humano es "Arbeit und Leben" (trabajo y vida). Pues sí, creo en eso: creo en el trabajo. Y creo que todos seremos un poco más felices si pensamos más en los demás, en lo que debo hacer.

Levinas ya lo dijo:
"Uno es responsable de todo y de todos, y yo más que los otros" (llevo 178, ufff).
Luego, creo que, para que todo esto funcione mejor, debemos centrarnos en la educación y en la salud. Una, porque nos permite crecer y mejorar. La otra porque es esencial para ser seres que disfrutan este regalo que es vivir.

La educación es esencial porque, como dijo Zola "si quieres cambiar la educación de alguien, empieza por su abuela". Y sí, todo viene de largo y más vale no perder el tiempo y defender lo que vale la pena. Es en la educación en la que nos lo jugamos todo y nadie es más hipócrita que el que habla de ella diciendo que es importante y no haciendo nada para que sea el gran elemento de realización, sin cortapisas.

Pero, además de crear las condiciones macro, un país tiene que crear las micro: es decir, dejémonos de esperar la sopa boba y pongámonos a trabajar. Este país necesita, urgentemente, la frase se acabó el cachondeo, pongámonos a trabajar.
Es fácil decir cualquier cosa porque generalizar es barato. Anatole France, premio Nobel de Literatura francés, contestó cuando le preguntaron cómo eran los franceses: "No lo sé, no los conozco a todos".

Yo no conozco a todos los españoles, pero creo que nos toca ponernos a trabajar más, callar más (este es un país lleno de ruido que ignora la frase que el ruido no hace bien y el bien no hace ruido).
Llevo 422.
Por tanto, es hora de callar. Es hora de trabajar, es hora de estudiar.

El grandísimo autor polaco Ryszard Kapusciski dice que el futuro es de Asia porque la gente allí estudia siempre, trabaja mucho, tiene una religión pacífica, ahorra, y la familia está cohesionada. Pues lo tenemos claro, aquí, que hay gente que se queja de que tiene 42 y que se espera de él o ella que se siga formando (y pone exclamaciones en la carta al director!!!!). Qué fácil que es, en la era de Internet donde todo el mundo tiene un altavocillo a mano, pontificar y poner ¡!!!!!!!. Pero, lo esencial en la vida, debería ser que la gente tenga más voz que altavoz. Que la gente que no tiene nada que decir que calle. Que los que tengan algo que decir que se comprometan y que el tiempo haga de cedazo.
Sería bueno vivir con el desapego oriental, pero yo no sé tenerlo. Pero, amigos, amigas, estamos en un entorno, el europeo, que consume más historia de la que produce (lo dijo Magris). Por tanto, después de tanta cita, me siento exhausto para llegar a las 700 palabras y diré que creo en mi trabajo, que editar un buen libro es como encontrar un tesoro, creo que lo que más me importa en la vida profesionalmente hablando es hacer algo que quede y que, ya que no puedo ser genial, me conformo con ser trabajador, aprendiz y agradecido. Y con esto no llego a las 700 palabras, pero creo que, al menos, habré dado una cierta noción de las cosas que me importan. Disculpen que haya tomado su tiempo, mírense mi catálogo, que es lo único que quedará y termino con la palabra 713.