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Siguen llegando informaciones sobre los efectos de la reducción del presupuesto que el Govern destina a Educación. En la Universitat de les Illes Balears aplican números clausus, lo que limitará las posibilidades de acceso. Se han denegado más becas de transporte para universitarios que en cualquier otro curso. Se reduce el número de profesores en algunos centros, aunque no se llegará a las previsiones alarmistas de ANPE. Como consecuencia se incrementará, en algunos casos, el número de alumnos por aula, sin superar las ratios máximas.

Y además sigue la demora en la construcción de nuevos centros educativos. Hay que esperar que la reducción del gasto no retrase todavía más el nuevo centro escolar próximo a la Ronda de Maó, transcurridos casi 30 años de la última inauguración en este municipio, y el colegio de Sant Lluís. La Conselleria afirma que los proyectos se mantienen, al igual que la reforma de Sa Graduada para que sea la nueva sede de la Escola d'Adults. La política de austeridad, cuando afecta a la Educación, causa un perjuicio social importante y tendrá consecuencias. Sigue siendo una cuestión de prioridades, que el Govern debe tener en cuenta en sus decisiones.