Disculpen que me cuele en este pequeño coto de ideas para hablar de deportes, pero la jornada de hoy lo merece. Antes que nada, desempolven las pinturas de guerra, esta tarde juega el enemigo. Que el partido que protagoniza el ViveMenorca ha traspasado la frontera de lo deportivo es casi un hecho. Las 'caricias' que los jugadores de los dos conjuntos se han dado a lo largo de los cuatro partidos que lleva la serie es una evidencia maquillada por la apabullante actuación de la afición de La Laguna, sin entrar a decidir si fue correcta o no.
Una cosa me queda clara. El equipo viene cansado y golpeado y lo que más necesita es que las 5.000 gargantas del Pavelló se dejen la voz animando y las palmas de las manos aplaudiendo. Quieren Paco Olmos y sus gladiadores que la afición gane los dos primeros cuartos, o que como mínimo les den una ventaja inicial. Por eso advierto a la gente, al pueblo, que es sabio, que no se aburguese. Que no le importe que su vecino de asiento le vea gritar y protestar. Para el partido de esta tarde no hace falta estrenar modelito ni aparentar nada. Que no quede nadie sin entonar 'Un senyor damunt un ruc'. Que el equipo esté orgulloso de su afición, como lo estará la gente de ellos cuando regresen a ACB.
Luchad. En la cancha y en la grada. Luchad y ganad, así la gloria será vuestra.
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