Hará solo unos días, tras haber padecido una infección gripal, y como aliciente para mi recuperación, decidimos, mi señora y yo, darnos un paseo por las urbanizaciones cercanas a casa, y respirar aire puro de nuestra costa.
Efectivamente reconocemos nuestro privilegio de vivir en un territorio como Menorca, ofreciéndonos la posibilidad de disfrutar de esos maravillosos paisajes, con tan sólo un paseo.
Pero al mismo tiempo, nos jactamos de otra sensación, de otra circunstancia. La mayoría de estas urbanizaciones, están vacías. Los restaurantes cerrados, los hoteles con apenas actividad, los abiertos, y algunos otros cerrados todavía, las casitas, muchas con letreros de se vende, otras muchas con ciertas evidencias de dejadez, de soledad, en definitiva de pobreza. No tuvimos la ocasión de cruzarnos con un solo turista, y tan sólo con unos pocos obreros que realizaban pequeñas obras de reparaciones en alguna que otra casita.
Los carteles informadores, que estaban fatal o simplemente no existían, las carreteras con "enderrusalls" para dar y regalar, los bordes de estas llenas de hierbas, las basuras muchas tiradas de cualquier forma, y otras simplemente con los cubos rotos, tirados o desgastados totalmente por el tiempo.
Volvimos al vehículo para salir de esa zona y marcharnos a otra totalmente opuesta en la Isla, donde estuvimos también haciendo las mismas comprobaciones a la par que efectivamente, como he dicho antes, disfrutábamos del paisaje y de la costa.
No puedo seguir escribiendo detalladamente la totalidad de los pormenores que pude ver y comprobar. Es cierto que no todo estaba tan mal, pero lo que cuenta es la mayoría, y por desgracia, esta mayoría de cuestiones y situaciones estaba realmente mal. A partir de ello, podemos y debemos empezar a plantearnos cuestiones de suma importancia, dejando ya de una vez por todas, esas palabrerías como: Producto turístico, Marca turística, o tantas otras.
La realidad es la que es y todo lo demás son palabras que no sirven para dar de comer a las familias paradas ni generar negocio para nuestras empresas.
De que nos sirve gastarnos (ya que es un gasto y no una inversión) montones de millones en promoción, en salarios astronómicos, en plantillas de personal de la administración pública, cuando cada vez hay menos que administrar. La realidad sin caer en equivocaciones hasta la fecha, era que el menorquín no quería turismo. Esto lo hemos oído hasta la saciedad. Ahora ya no. Estoy seguro y convencido que cada vez más la gran mayoría de los menorquines y habitantes en Menorca somos conscientes de la importancia de esta industria como imprescindible para la subsistencia de todos nosotros.
Entonces, ¿qué estamos haciendo?. Mensajes de promoción y venta de Menorca en mercados alternativos o de dónde sean, ¿de que servirán si nuestras urbanizaciones están como están?. ¿Cómo le decimos a un señor o una señora alemanes (de esos 15.000 que vendrán), que lo importante es el Centro de Reserva de la Biosfera y no la zona donde pasarán sus vacaciones?. ¿Cómo le decimos que cuando pase por las carreteras no se mire los "enderrusalls", ni la basura, ni por supuesto la cárcel? ¿Qué tipo de promoción estamos vendiendo?.
Ya sé que muchos pensarán que soy un exagerado o simplemente un alarmista, incluso alguno podría decirme que hago "demagogia". Palabra mal sonante por cierto. Puede ser, pero lo visto es lo visto. Y por supuesto nos sería mucho más rentable invertir en tener una Menorca verdaderamente preparada para el turismo que no "gastarnos" cantidades millonarias de feria en feria, donde por cierto ¿los resultados?.
Cuando cualquiera de nosotros tiene la oportunidad de hacer un pequeño viaje vacacional, siempre quiere volver con un recuerdo fantástico de sus vacaciones, un recuerdo global. Si les vale el símil musical, "puedes hacer un concierto perfecto, pero si te equivocas en una sola nota, esa será la que el público recordará"….
Estamos otra vez a mediados de mayo, con una temporada casi inexistente, con unas empresas sin apenas contratación, con una situación de desempleo como nunca habíamos tenido, y somos herederos de una responsabilidad en gestión que muchos territorios en el mundo quisieran para ellos, y no precisamente para prohibir sino para potenciar, para incentivar, para progresar. Es cierto que existe una crisis internacional a la par que también es cierto muchos países están ya saliendo de la misma, pero no nos engañemos, Menorca padece una crisis desde hace más de 10 años, independiente del resto del país o del mundo. Los 150.000 turistas alemanes no se perdieron por esta crisis sino por la crisis menorquina.
Pues eso, nos guste o no, va a ser que sí.
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