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Cuando calienta el sol, allá en la playa... Así empieza aquella bonita canción compuesta por los hermanos Rigual allá por los años sesenta. Pues, a pesar de tener sus años, nos viene de perla para estos días. Parecía que el sol nunca tenía que calentar, ni en la playa ni tampoco en el asfalto. Pero ahora comienzan a florecer esos brotes verdes, de las plantas, que combinan con las hojas otoñales caídas y aún sin recoger. Simbiosis perfecta de botas de invierno y pantalones blancos. O mangas cortas luciendo debajo de exagerados abrigos de media pierna o pierna entera. Estamos en una época que no tiene desperdicio, ideal para observar y sobrevivir a una explosión de temporadas, gustos y exageraciones. Con todo ello comienzan a pulular aquellos turistas que rezan la letra de la canción Verigut de Miquel Mariano 'menorquin don't understand' y que van luciendo su blanco leche condensada como si fuera un auténtico moreno paleta. En las urbanizaciones, puesta a punto. Renovación, ampliación, modernización de las instalaciones. Tropecientos de obreros trabajando a capa y espada. ¿Será que esos brotes verdes de la economía insular ya están dando frutos? Puede que ese bonito mensaje que nos proyectan cada dos por tres en la tele para hacernos la boca agua sobre que "Galicia es donde, ahora es cuando" no lo tengamos tan lejos. Menorca será donde, será cuando, algún día.