475 amigos en Facebook

Porque 475 amigos, a razón de una fecha de cumpleaños por amigo, son 475 'mal de caps'. En el colegio utilizaba la agenda para apuntar los cumpleaños de mis compañeros pero servía de poco porque nunca me la miraba. Y éramos una veintena. 475 amigos. Ufff… Creo que aquí hay un error léxico. Esto del Facebook tiende a confundir la amistad con el te he visto por la calle o te leo en el Menorca. Otros, que son más guapos que el arriba firmante, lo utilizan para ligar. Hay tres cosas que se me dan muy mal. La primera es ponerme enfermo, la segunda es aburrirme y la tercera es lo de ligar. La última vez que intenté ligar acabé encontrando una mejor amiga para siempre.

Pero todo lo que se cuece en el Facebook no es malo. Bueno si, algunos políticos te agregan sin conocerte, algo que resulta molesto si aceptas su solicitud. No me imagino a Marc Pons, presidente del Consell, sentado en su despacho mirando las fotos de mi último partido de rugby. Otra virtud de este punto de encuentro virtual es que da rienda suelta a la imaginación y a la picaresca del usuario. Por eso te puedes encontrar grupos con nombres tales como "Cuando tenía tu edad cambiaba cromos, no enfermedades de transmisión sexual", que describe perfectamente a la canalla de hoy en día, o aquel que recuerda cuando la profesora de Michael Jordan le dijo "el baloncesto no te dará dinero, las matemáticas, sí". Como decímos ahora, "zas, en toda la boca".

Lo que me fastidia es que le prestamos más atención al Facebook, y similares, que a la vida cotidiana. Por ejemplo, cuando Zapatero anunció lo de la jubilación a los 67 años brotaron muchos grupos en contra de esta iniciativa, pero ninguna movilización ciudadana. Es como lo de tener 475 amigos. Es algo que me parece lamentable y excesivo.
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