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Voy a hablar de la nieve, le pese a quien le pese. Porque el frío que hemos pasado no debe ser bueno para la salud y porque la situación, por momentos, se nos ha escapado de las manos. Claro está que nuestro hábitat ni por asombro es el blanco impoluto que estos días se ha dejado ver por la Isla, aunque a más de uno y de cien, no le importaría que este fenómeno fuera un habitual en el invierno menorquín porque, reconozcámoslo, los primeros años nos haría gracia.

Luego saltarían a la palestra los 'inventores del tebeo', disfrazados de políticos, que apostarían por fomentar el turismo de nieve y competir, en este campo, con Mallorca e Ibiza, erigiéndonos como la primera isla del Mediterráneo que ofrece nieve.

Sí, ya sé que parece utópico, pero es que sería así. 'El Toro' se codearía con pistas de esquí tan importantes como Sierra Nevada o Baqueira Beret, y la jet set del panorama nacional se dejaría ver por sus pistas luciendo bronceado y gafas de sol de marca.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención estos días han sido los muñecos de nieve que se han apoderado de las rotondas. Estos guardianes que salvaguardaban tan preciado tesoro típico de Menorca, ayer se encontraban agonizando bajo un sol que hizo subir las temperaturas y que les condenó sin remedio.

Para la posteridad quedarán cientos de instantáneas que a estas horas ya han colapsado las redes sociales hasta el aburrimiento.

También me hizo gracia que misteriosamente en la mayoría de las rotondas por las que paso para ir de mi casa al trabajo había una marca de ruedas encima de la rotonda. Esto me lleva a la conclusión de que o bien se nos da paupérrimamente mal lo de conducir con temperaturas tan bajas, o algún Fernando Alonso de 'pixarrí' quiso probar su pericia al volante sobre la nieve.

Afortunadamente, según cuentan los periódicos, no hubo que lamentar heridos más allá de algún resbalón cómico.

La verdad es que deprime ver cómo se derrite la nieve, cómo se despide hasta la próxima, dejando paso al carnaval.

Mientras buscaba inútilmente dos copos de nieve iguales en el aparcamiento del diari "Menorca", pensaba en que no me importaría que el carnaval se hubiera suspendido por nieve. La ilusión con la que pequeños y no tan pequeños salieron a la calle ayer y el jueves vale más que cualquier cosa.

Y más en estos tiempos que corren.
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dgelabertpetrus@gmail.com